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sábado, 15 de octubre de 2016

LO QUE COSTABA MORIRSE EN MASPALOMAS EN 1794


http://www.rtvc.es/noticias/video-ataudes-comunales-en-canarias-testigos-silenciosos-del-pasado-142073.aspx#.WAHEFlubIil

RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN 
Cronista Oficial de Ingenio
            
La comarca de Maspalomas sufrió una explosión demográfica en los últimos tiempos,  propiciada primero por el cultivo del tomate y posteriormente por la llegada del turismo. Sin embargo desde siglos atrás  ya estaba poblada por un escaso número de vecinos que vivían de forma precaria de la ganadería y productos de la tierra, casi aislados, al considerar que el núcleo habitado más cercano era Vega Grande (Juan Grande), con la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe,  dependiente de la jurisdicción religiosa de la Parroquia de San Sebastián de Agüimes.

Costaba mucho vivir en Maspalomas, pero costaba  más morirse. Los difuntos debían ser trasladados hasta el cementerio de Tunte, parroquia de San Bartolomé de Tirajana, por un largo y angosto camino a través del Tablero para llegar a  los Lomos de Pedro Afonso, donde había un “descansadero” (una cueva situada a mano izquierda del actual camino hacia Chira)  y cordillera arriba llegar hasta el camposanto.
 
Casa Fuerte Sta. Cruz del Romeral, donde entrando a la izquierda, se encontraba el oratorio donde se guardaba el ataud comunal, con el que se trasladaban los difuntos al cementerio de Agüimes, hasta bien entrado el s. XX.


Al disgusto por  el fallecimiento del ser querido y al trabajo de su traslado hasta su definitiva morada, se unía  el desembolso de una cantidad considerable de dinero que la Iglesia  exigía por el entierro y los oficios sagrados, que muchas familias, debido a su extrema pobreza, no estaban en condiciones de poder asumir.

Relatamos lo acontecido en el fallecimiento de Josefa García, vecina de Maspalomas, dirimido en el Tribunal Eclesiástico1, sintomático de la situación que analizamos en aquella época.
 
Ermita de Juan Grande, 1940, FEDAC. En la trasera estaba la sacristía, donde se guardaba el ataud comunal.

Exposición de Josef Delgado ante el Tribunal Eclesiástico
            
           Josef  Delgado, vecino del pago de Vega Grande, ante V.S. parezco y digo, que habiendo muerto Josefa García, viuda en  primeras nupcias de Sebastián Delgado mi hijo declaro  por su memoria de testamento, para que se me devuelva que el costo de mi entierro se redujera a tres pesos corrientes tal vez fundada en las muchas deudas que tenía, contraídas por si y su primer marido a los que no estaba obligado el segundo con quien se había casado un año no caval y también  a que le quedaba del primer matrimonuio tres hijos que recogí y tengo a mi compañía como que son mis nietos, pero sucede que llevada que fue a enterrar a la Parroquia del lugar de Tirajana por vivir la susodicha dentro de su jurisdicción, se le admitió a que el Venerable Cura arreglase el entierro a solo los tres pesos que la difunta había dejado en su testamento según es costumbre entre los pobres de aquel vecindario y ya había enterrado a  Sebastián Delgado, su hijo por la misma cantidad, pero habiéndole preguntado a Juan Alejo y Bartolomé Herrera que corrieron con el entierro, que bienes había dejado la difunta, le dijeron  que una yunta de vacas y una burra de servicio que al mismo tiempo tenía muchas drogas y era preciso el pagarlas y no satisfecho el Párroco con la respuesta expresó que el entierro no había de ser  como la difunta quería por lo que se excedió a pagar los tres pesos del entierro, los tomó y no me dio recibo expresándome le había de dar cuatro más que dice le debían y resistiéndome a ello ha dado orden al alcalde para que se me embargue una vaca que me queda y seis pesos valor de la burra que fue para que tuviese salida con algunas otras frioleras y en atención a que dicho Venerable Cura no debió hacer los entierros a su  voluntad con el fin de adelantar derecho sino arreglarse a la voluntad de los  testadores que saben las deudas que tienen y lo que puede invertir en su funeral para que no se me moleste ni se le hagan costas a mis nietos que apenas con lo que su madre dejó, tiene que satisfacer  a las deudas de sus padres y vestirse. Por tanto, suplica a V.S., habiendo por demostrado el testamento se sirva  a continuar de este escrito y por ahorrar costos, que compareciendo Juan Alejo y Bartolomé Herrera ante el Venerable Cura y declarando estos ser verdad traslade a dicho Párroco de Tirajana arreglar el entierro a solo tres pesos, mande a dicho Párroco suspenda el procedimiento y que me dé el recibo de los tres pesos que le tengo dado.
                                                               Josef Delgado  (fdo)

Intervención de Párroco de Agüimes en el procedimiento

Ataud comunal en Ayagaures. FEDAC
En la Villa de Agüimes, Cámara Episcopal en 7 de Abril  de mil setecientos noventa y cuatro, D. Vicente Sánchez, Párroco de dicha Villa, mando se haga comparecer a  Juan Alejo y Bartolomé Herrera.

Testimonios recibidos el 23 de Agosto 1.794

Compareció Juan Alejo, vecino del lugar de Tirajana, residente en el pago de Maspalomas: “Los dos como encargados del funeral nos presentamos ante el Venerable Cura, encargándole el entierro bajo de tres pesos que había declarado la difunta por memoria que hizo y contestó el Cura que bienes tenía y dijimos que una yunta y una bestia y muchas drogas y contestó el Cura que no había de ser así”.

Compareció Bartolomé Herrera, vecino del lugar de Tirajana en el pago de Fataga:“Declaro ser cierto haber ido a llevar el cuerpo de Josefa García, viuda en primeras nupcias de Sebastián Delgado, la que falleció en Maspalomas y habiendo encargado a los dos cuidar del entierro…” (sigue la misma declaración que el anterior).

Resolución del Provisor y Vicario General del Obispado

 En Canaria a 3 de Septiembre de 1794. El Provisor y Vicario General, que en atención a la pobreza de Josefa García, los herederos pagar el gasto de la cera de ánimas además de los tres pesos que tiene entregados al Venerable Cura con los cuales quedamos satisfechos.

(1) ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO LAS PALMAS: Tribunal Eclesiástico. Caja 17. Expediente 169. En esa época se produjo la mortandad de majoreros arribados a estas costas huyendo de la hambruna. Un hecho parecido al que se relata es el fallecimiento de la majorera  Agustina Cabrera: “…de caridad a esta pobre la trajeron del Ganiguín a Maspalomas, éstos a Vega Grande y los de Vega Grande a Sardina y los de Sardina a esta Villa (Agüimes) a donde llegó a las ocho de la noche apestando después de tres días de difunta, por no haberla llevado a tiempo a su Parroquia de Tirajana” (ARCHIVO PARROQUIAL AGÜIMES.: Libro VII de Difuntos, fl. 10 v.)

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