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miércoles, 23 de agosto de 2023

La Batalla de Tirajana el día de San Bartolomé, 24 de agosto de 1479

Posible representación de la Batalla, Jan Mostaert de Haarlem, Rijksmuseum de Amsterdam.
Posible representación de la Batalla, Jan Mostaert de Haarlem, Rijksmuseum de Amsterdam.

PABLO GUEDES GONZÁLEZ

 (El artículo es una recopilación de un capítulo de nuestro libro de próxima publicación con el título ´Las últimas fortalezas en la Guerra de Canaria´) 

En estas fechas calurosas, como debieron ser en aquel tiempo, se cumplen 544 años de esta famosa batalla desarrollada en Tirajana, en la que los castellanos, al mando del corsario gaditano, Pedro Hernández Cabrón, obtuvieron una severa derrota, perdiendo veintiséis hombres con más de cien heridos y ochenta prisioneros, siendo las bajas por parte de los canarios, al mando del faicán de Telde, Guariragua “El Tuerto”, de veinte muertos. Según cuenta la tradición, Hernández Cabrón se encomienda a San Bartolomé, patrón del día, rogando por la salvación de los castellanos, y este es el motivo por el que el municipio recibe el nombre de San Bartolomé de Tirajana. 

Tradicionalmente cuando se nombra Tirajana, se asocia el topónimo casi exclusivamente al área de La Caldera y concretamente a la población de Tunte, aunque todos los investigadores coinciden en que el topónimo hacia referencia a una comarca y no a un sitio concreto, llegando desde la parte más alta de la isla en su vertiente este, por el área de Risco Blanco y Taidía, y finalizando en el mar, en la desembocadura del Barranco de Tirajana e incluyendo los Llanos de Sardina y Amurga. 

Las primeras incursiones de conquista a este territorio se desarrollaron llegando por la costa, y señalando a Tirajana en la zona de costa, tal como sucedió en la que llamamos Batalla de Sardina (enlace al pié), que tuvo lugar en fechas cercanas a 1471 muy probablemente en la Degollada de Majadaciega (junto a Sardina) y en los Llanos de Sardina. Marín de Cubas, Torriani y Escudero sitúan la batalla en estos sitios nombrándolos como Tirajana. 

En las incursiones posteriores a la derrota de San Bartolomé, los castellanos siguieron llegando por la costa y así en septiembre de 1480, Pedro de Vera hace una entrada al mismo lugar donde se desarrolló esta derrota y posteriormente otra, en mayo de 1482 a Tirajana, Acayro (nombrado también como Tayra o Cayra) y Titana, que para nosotros se desarrolló en los Llanos de Sardina (Tirajana), cercanías del Roque Aguayro (Acayro) y La Fortaleza de Abajo (Titana), llegando, creemos que por vez primera con esta entrada, al interior de La Caldera. 

 Para Alonso de Palencia, el cronista de los Reyes Católicos, la batalla de Tirajana tuvo lugar en la bajada del monte sagrado de Tirajana, que junto con Tirma constituían los dos montes y santuarios de los canarios a los que hacían peregrinaciones multitudinarias y por los que realizaban sus juramentos. En nuestra investigación tratamos de demostrar que esta batalla se desarrolló en algún lugar en la bajada de Montaña de Las Tabaibas, al pie de Amurga y cercano a las Salinas de Abajo (Juncalillo del Sur). En la cumbre de la montaña sagrada se situaba un templo descrito por Palencia, que para Abreu Galindo, Marín de Cubas y Escudero era Umiaga o Umiaya. 

Nuestra interpretación es la de que una parte de Amurga era el Santuario de Tirajana «de dos leguas en redondo» de refugio, que nos describían las crónicas, reforzando el planteamiento, el descubrimiento por documentos antiguos del Registro Parroquial de Tunte, de la ubicación de Umiaga en las cercanías del Risco del Drago (norte de Amurga) en 2019. Es por ello por lo que deducimos que Umiaga y Amurga debían ser un mismo topónimo para los canarios, pues nominaban al mismo territorio y creemos que evolucionó de dos formas al castellano, prevaleciendo Amurga. 

Palencia escribe su obra en latín, describiéndonos la batalla, aportándonos datos muy valiosos sobre el «monte» sagrado, con estructuras defensivas y un «templo» que destruyen. En la expedición también participan el obispo Frías, el deán Bermúdez y Hernán Peraza, junto con quinientos infantes y trece jinetes que hacen la entrada a Tirajana, con la intensión de desgastar a los canarios en la guerra y en búsqueda de botín. Palencia nos indica que en la subida al monte sagrado, van todos, incluso los jinetes a caballo, que después tendrán problemas en la bajada, lo que es imposible en La Fortaleza de Santa Lucia, donde para algunos investigadores se situaba este monte de Palencia. 

Marín de Cubas nos describe la incursión y el territorio de esta manera: «estaba a la parte opuesta de la Ysla en unas sierras, y varrancos agrissimos llamados Tirajana onde viven en cuebas, y grutas altissimas como las aves de onde las mugeres arrojan piedras, y palos por su defenza […] envarcados en tres navios fueron al fin de la ysla y dia 24 de agosto de san Bartholome llegaron al pueblo que esta al pie de las sierras [¿Amoxo?], y le hallaron sin gente [para Abreu al ver los navíos huyeron a los altos y sierras ásperas] bien proveidos de carne en sesina ganados, cevada, manteca, y miel silvestre en ollas y odres, y higos passados». Y continua Escudero refiriéndose probablemente al refugio de Tirajana, donde nos cuenta que «los amontados, en lo más agrio de la isla, tenían carne i cojían mucho pescado», por lo que debían estar cerca de la costa. 

Y creemos que ese lugar que es descrito por los conquistadores como una comarca montañosa en Tirajana con muchos barrancos en la zona de costa, donde hay un poblado, se debía referir a Amurga y al antiguo poblado llamado Amoxo, donde hoy se sitúan las Salinas de Abajo (Repartimientos de Gran Canaria), al pie de Montaña de Las Tabaibas, llamadas en 1537 Salinas de Amoxo. Creemos que el topónimo evolucionó de un probable Amajo a Abajo. 

En el lugar donde hoy se levantan las salinas, tenemos los restos de un poblado de los antiguos canarios contabilizándose en el lugar unas doce casas cruciformes, repartidas en dos áreas, pudiendo muy posiblemente haber más enterradas, teniéndose en cuenta que debieron haber desaparecido muchas en la construcción de las salinas y en las roturaciones de tierras para cultivo de tomates: «...las prospecciones realizadas permitieron ubicar la existencia de un poblado prehistórico de Juncalillo del Sur, con casi una decena de casas aborígenes. Hay dos grandes núcleos, uno situado más al sur, pasando las propias salinas, y casi en primera línea de playa, donde se contabilizan unas ocho casas […] El segundo punto está situado al norte de la última de las salinas, en la parte trasera de aquella...» (Normas de conservación del Sitio de interés científico de Juncalillo del Sur). 

Por la descripción de Palencia sabemos que se llega a caballo a la cumbre del «monte», que carecía de fuente de agua y en sus cercanías posiblemente encuentran graneros donde roban cebada que van a bajar con jumentos (mulas). En la cumbre existe un «templo, construido a manera de un castillo con toda clase de fortificaciones» que los castellanos destruyen incendiándolo. Aquí creemos que Palencia quiere resaltar la acción de guerra de Cabrón, pues en otras descripciones se habla de una casa y un muro de piedras. Una vez saqueada la construcción, según Palencia, Cabrón no quiere permanecer en una cumbre falta de agua y son el obispo y el deán quienes lo obligan a quedarse dos días, mientras para Abreu Galindo y Marín de Cubas, el marino decide bajar el mismo día antes de que anochezca, al tener los barcos sin protección, despreciando las fuerzas y habilidades de los canarios, en contra de consejos que le indicaban que lo mejor era quedarse en la cumbre varios días. 

 La descripción de la batalla, nos llega también a través de estos dos autores, con diferencias importantes como la citada y además la de no expresar en su texto que se haya llegado al monte sagrado y culpando de la derrota a Hernández Cabrón, mientras que Palencia culpa al obispo Frías, del que tiene una pésima opinión. 

Palencia sigue relatando que después de esperar dos días, comienzan una complicada bajada a caballo desde el monte a «los valles [barrancos]», por senderos estrechos y con gran desnivel lo que es aprovechado por los canarios para atacar con palos, piedras y dardos, desarrollándose la batalla desde este punto hasta «la garganta a la entrada del valle [barranco]», pues Palencia no indica que la lucha se hubiera desarrollado hasta el mar, como los otros autores, aunque anteriormente si citaba un lugar de desembarco. 

La batalla se produce «queriendo venir a embarcarse ya serca de noche» (Marín de Cubas), «mientras descendían a los valles [barrancos] por estrechos senderos» (Palencia) «a media cuesta que es áspera y alta» con «cuestas muy agrias» (Abreu Galindo), en «una cuesta arriva agria, y de malos passos» (Marín de Cubas). Y cuando llegan abajo tienen que ser auxiliados desde los barcos, donde los marinos tienen que ir a tierra con lanchas realizando disparos, para «apartar» a los canarios mientras se embarcan los suyos (Abreu Galindo, Marín de Cubas). 

Si nos atenemos a la descripción, la misma nos descarta como lugar de la batalla y como monte sagrado a otros lugares propuestos como La Fortaleza de Santa Lucia, así como a Ansite para nosotros la llamada Fortaleza de Amurga, que localizamos en las cercanías del Risco del Drago, la cumbre del macizo, pues ambas fortalezas son imposibles de subir a caballo y muy lejanas al mar para desarrollarse una batalla como la descrita y con menos probabilidad si se hubiera realizado en una sola jornada por el calor de las fechas en que tuvo lugar, en pleno agosto. Tampoco tienen una «garganta» a la entrada, que si tenemos en los barrancos al pie de Montaña de Las Tabaibas. 

Abreu Galindo nos describe la rogativa de lluvias que se hacian en los montes sagrados de Tirma y Umiaya, donde toda la comunidad se congregaba y hacia ayuno varios días en «torno de un peñasco», para nosotros un mojón o torreta de piedras, y luego se dirigian al mar para golpearlo con ramas. Marín de Cubas nos describe la cumbre del monte Umiaga, muy destacado en el paisaje, con un gran cerco de piedras donde tenemos una pequeña casa de piedra, un pireo o ara de sacrificios con tres focos de combustión, lugar donde realizaban fuegos sagrados para en función de la dirección del humo hacer interpretaciones del porvenir. También nos habla de una capilla donde habia «sacarrones» que era la palabra que se usaba para nombrar a las momias. Marín muy probablemente nos está describiendo una cueva con momias en el interior, como era usual en los enterramientos de los antiguos canarios, correspondiendose estas momias a personajes importantes o santones, motivo de las peregrinaciones, como sucede hoy día en el norte de África. 

 Montaña de Las Tabaibas es el único monte de Tirajana, que conozcamos, que cumple con todas las descripciones realizadas. Así es el monte mas destacado en esta parte del sur de la isla, cuenta con una muralla que rodea su cumbre de 460 m de perímetro (100 x 175 m) de un metro de altura media. En el interior del cerco tenemos suficiente espacio para concentraciones multitudinarias como las de las rogativas de lluvia, lo que no vemos en Ansite y La Fortaleza. En el SE de la cumbre tenemos una estructura circular de piedra seca, que puede ser compatible con un pireo o ara de sacrificios, con un diámetro de unos 4 m y que conserva solo una altura de 0´70 m por haber sido derruido. A unos 10 m de esta estructura vemos otras derrumbadas y una cueva con una entrada bien preparada con muretes a ambos lados, que pudo estar dentro de otra construcción. La cueva esta llena de escombros como si hubiera sido destruida. Jiménez Sánchez encontró dentro de esta cueva en el año 1952, diverso material entre los que destacan una bandeja de madera, compatible con las cucharas utilizadas en los ritos de rogativas de lluvia y diez hachones de tea para iluminación. Dentro del interior del cerco de piedras muy deteriorado por las construcciones de antenas de telecomunicación, encontramos dos torretas o mojones de piedra derrumbadas.

‘Paisaje de las Indias Occidentales’, Jan Mostaert de Haarlem, Rijksmuseum de Amsterdam.

Diversos investigadores (Martínez de la Peña, Peter Mason) sitúan la representación de esta obra en Canarias y algunos la identifican con la batalla del Roque Bentaiga (Maarten Jansen). La pintura está datada en la década de 1520 en Flandes y representa los inicios de una batalla en la que tropas castellanas se van a enfrentar a nativos desnudos de tez clara con barbas, en un paisaje montañoso junto al mar. Siguiendo a estos autores pensamos que en hipótesis la obra podría simbolizar la Batalla de Tirajana de 1479, fundamentalmente por el arco y la montaña destacados en el paisaje que podrían representar al Arco del Coronadero y a la Montaña de Las Tabaibas. No creemos que sea el cerco al Bentaiga pues no se representa un asedio. Los personajes que se encuentran en una altura arrojando piedras a los castellanos, reflejan fielmente la descripción de como lucharon los canarios. Sumado a ello el personaje que se encuentra en la cima, un anciano que parece dirigir a los canarios, podría ser el faicán de Telde, Guariragua “El Tuerto”, jefe de los suyos en esta batalla y representar lo que Palencia describe sobre el episodio: «desde las atalayas en rocas inaccesibles, los viejos les indicaron con un silbido, que utilizan como las señales de un cuerno o de una trompeta, que ya podían y debían atacar al enemigo» y más específicamente lo citado por Viera y Clavijo siguiendo a Pedro A. del Castillo: «gentes desnudas conducidas por el faicán de Telde».

POSIBLE ITINERARIO DE LA INCURSIÓN: Adjuntamos el itinerario que creemos más probable. Las tres naves fondean frente al poblado de Amajo, actualmente Salinas de Abajo, en la Playa del Cardón, junto a la desembocadura de Bco. Hondo, siendo el camino señalado el más adecuado para dirigirse a Montaña de Las Tabaibas con caballería, con menos desnivel y para no tener que atravesar barrancos. En la bajada tenemos dos lugares con mucho desnivel, en los que pudo iniciarse la batalla: la bajada de la Cueva de la Majadilla al Morro del Coronadero con un desnivel de 35 m en unos 100 m y la bajada del Alto de la Cuesta Pendiente, después del Arco del Coronadero, con un desnivel de 92 m en unos 380 m, siendo este el lugar más propicio a los intereses canarios. Desde aquí se desarrolla la batalla llegando a la desembocadura de la Cañada Honda donde tenemos una «garganta a la entrada del barranco» descrita por Palencia y desde aquí tenemos unos 450 m hasta el mar. Otra opción, mucho más complicada para los castellanos por tener mucho más desnivel, es bajar desde Mña. Tabaibas directamente al Barranco de la Majadilla, donde se encuentra actualmente la Presa de La Monta o del Conde y seguir este barranco hasta los Llanos de Berriel y desde aquí hasta la Playa del Cardón donde debían encontrarse los barcos.  

ENLACE: «La Batalla de Sardina de 1471». Blog de Historia de Castillo del Romeral. http://historiacastilloromeral.blogspot.com/2022/05/la-batalla-de-sardina-de-1471.html

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