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jueves, 29 de julio de 2010

EL 29 DE ABRIL Y LA HISTORIA DE LOS VENCEDORES: EL ASEDIO DE ANSITE.


Felipe Enrique Martín Santiago.
Licenciado Geografía e Historia, Universidad de La Laguna,
Profesor y Miembro del Centro de Interpretación e Investigación Etnográfica e Histórica del CEO Tunte.

La historia de los vencedores, durante siglos, han desdibujado nuestra realidad, divulgando la falsa idea de la desaparición de lo pueblos amazigh de Canarias, de los diversos pueblos que desde el Norte de África poblaron las distintas islas del Archipiélago: Los auaritas de La Palma, los guanches de Tenerife, los gomeros de La Gomera, los bimbaches de El Hierro, los Majos de Lanzarote, los Mahoreros de Fuerteventura y los canarii de la Gran Canaria.

En la actualidad, las investigaciones científicas en genética, los trabajos genealógicos y las fuentes históricas demuestran, sin vaguedad alguna, la pervivencia genética prehispánica entre los canarios y canarias del siglo XXI.

Es manifiesto que la realidad cultural entre los canarios y canarias de final del siglo XV y nosotros, los naturales del Archipiélago al inicio del siglo XXI, han variado. El mestizaje y la imposición de una cultura europea, con la aculturación amazigh que ello conlleva, ha influido en las diferencias mencionadas.

La dinastía Semidán, que gobernaba la isla de Gran Canaria durante el siglo XV, antes de la incorporación de la isla a la corona de Castilla, fue fundada por Atindamana y Gumidafe. Entre sus descendientes destaca Artemi, que venció a Jean de Béthencourt en su intento de ocupar la isla de los canarii. Desde los intentos normandos de ocupación de la isla de Gran Canaria, hasta la incorporación a la corona de Castilla (1483), trascurrieron casi un siglo, donde los descendientes de la dinastía Semidán dirigirán la resistencia.

La decisión de los Reyes Católicos, en el año de 1477, de realizar directamente la conquista de las islas todavía sin conquistar (Gran Canaria, La Palma y Tenerife), lo que denominamos conquista realenga, y la muerte de los dos guanartemes que gobernaban cada uno de los dos guanartematos que existían en la Isla (Telde y Gáldar), influirá de forma decisiva en la vida de Bentejuí, Arminda y Tenesor Semidán, descendientes los tres de Gumidafe y Atindamana.

La muerte de Bentagoyhe (1476), guanarteme de Telde, y de Egonayga, guanarteme de Gáldar, sobre el año de 1479, influirá en la vida de Bentejuí, Arminda y Tenesor Semidán. La minoría de edad de los hijos de los dos guanartemes, Bentejuí y Arminda, fue aprovechada por su pariente Tenesor Semidán para hacerse con la regencia. La captura de este último y su conocimiento del poderío castellano, facilitó la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla. Con el Tratado de Calatayud (1481), firmado por los Reyes Católicos y el recién bautizado Fernando Guanarteme (Tenesor Semidán), reconoce como rey de Canaria al último, constituyendo un documento que afianza el reconocimiento de nuestra nacionalidad histórica.

Las estrategias de Tenesor Semidán y de Bentejuí son totalmente distintas. El primero, después de ser capturado, busca con el reconocimiento de la soberanía castellana sobre la Isla el respeto a sus derechos dinásticos, reconocidos en el Acuerdo de Calatayud, que se manifiestan en la distribución de los bancos de la iglesia de Santiago de los Caballeros de Gáldar, ocupando la familia Guanarteme un lugar privilegiado junto al Gobernado o Corregidor de Gran Canaria, recibiendo, al mismo tiempo, la Data de Guayedra.
Cazoletas Almogarén Amurga, al fondo Bco. Fataga y Playa Ingles
Foto: lospasosquedejamosatras.blogspot.com.es (Toni).

Bentejuí, tutelado por el guaire Tazarte, por la minoría de edad de éste, se enfrentará abiertamente, hasta las últimas consecuencias, a la invasión castellana.Tazarte, guaire de Artevirgo, fue el protector de Bentejuí después de la muerte del Guanarteme el Bueno, Egonaiga. Se opuso a los planteamientos de Tenesor Semidán, e intentó la unificación de los dos guanartematos con el casamiento entre Bentejuí y Arminda, que se encontraba con el grupo que resistían la presión invasora.

Ante el avance de las tropas lideradas por el gobernador Pedro de Vera, se trasladan por el interior de la isla, al ser sitiados por los vizcaínos de Miguel de Muxica en Ajódar, logran vencerlos utilizando la orografía, incluso estuvieron a punto de vencer a Pedro de Vera, que es socorrido por Fernando Guanarteme, e impide el triunfo total de los canarii, que hubiera supuesto, por lo menos, una mayor resistencia a la ocupación castellana. Sin duda el papel de Fernando Guanarteme fue clave para la rápida incorporación de la isla de Gran Canaria.

Desde Ajódar, ante la retirada de los invasores, los canarios se dirigen al Bentayga, contando con una fuente en el lugar para resistir el asedio. Desde el Bentayga toman rumbo a Tirajana.

En Titana (La Fortaleza) son asediados, rindiéndose parte de los canarios. Tazarte y Bentejuy reemprenden la huida hacia Fataga y Ansite.

En Amurga, durante el asedio de Ansite, donde se divisa la necrópolis de Arteara, de sus antepasados, Tazarte se despeña al grito de Atis Tirma. Fernando Guanarteme negocia para que se le respete la vida y la libertad de los ahí refugiados. Bentejuy, al igual que su mentor Tazarte, decide riscarse. La existencia del pago de Los Sitios (sitiados) al pie de Amurga, nos hace ver que ahí estuviera el último refugio de los canarios.
Fortaleza de Ansite, y al fondo Los Sitios y Amurga.

La historia de los vencedores nos ha inducido a errores: Ansite no fue una batalla, fue un asedio. Ansite no está en La Fortaleza, es la zona de Amurga. La muerte de Tazarte y Bentejuy es la muerte de los líderes que apostaron por la resistencia, no es la batalla que dio pie a la ocupación castellana. Con el Tratado de Calatayud el reino de Castilla reconoce los derechos del rey de Canaria, reconoce los derechos del pueblo canario.

Foto del Blog “Canario del Campo” en el que su autor compara la forma de los Riscos de Amurga con una hermafrodita. Vista desde el Bco. de Tiarajana (Santa Lucia) Observese el pecho, donde se encuentra el Tagorror de Amurga considerado centro de Culto o "Iglesia de los canarios" y donde posiblemente se "riscaron"Tazarte y Bentejui.

El 29 de abril de 1483 es una fecha creada para imponer una historia oficial, de ocupación que no respeta el autogobierno reconocido en el Pacto de Calatayud. Es el 30 de mayo de 1481, cuando se firma el reconocimiento de Rey de Canaria, la fecha a celebrar por todos los canarios.
 
Los Sitios (Sitio de Abajo)

sábado, 24 de julio de 2010

CASTILLO DEL ROMERAL: FORJANDO LA IDENTIDAD DE UN PUEBLO II


Militares y habitantes de Juan Grande a principios siglo XX. Archivo fotográfico FEDAC. Según Francisco Tarajano, a partir de 1898, año de la independencia de Cuba, temiéndose una invasión de Canarias por tropas norteamericanas, se establece en Agüimes el Batallón de Reserva nº 8, por lo que pudiera ser esta foto de esos momentos, corroborándose de nuevo la importancia estratégica de la zona. Otro hecho es que por las mismas fechas, el Teniente coronel jefe del batallón de reserva de Las Palmas se dirige al alcalde de Agüimes, solicitando que se le facilite una casa en el pago de Juan Grande, para almacén de armamento.

Publicado en Maspalomasahora.com el 15 de abril de 2007.
Pablo Guedes González

REVUELTAS EN LA REPÚBLICA.

En los meses previos al golpe del 18 de julio la prensa se hace eco de ciertas revueltas protagonizadas por campesinos. Así, La Provincia del sábado 29 de mayo de 1936 titula en primera página y a cuatro columnas “Persiste la inquietud en el Sur de la Isla”. En el artículo se lee “los campesinos han pretendido apoderarse de las tierras condales”, añadiendo que “del sábado a la fecha, los campesinos de algunos puntos costeros, entre otros el Castillo del Romeral, en grupos cuya densidad desconocemos, escogieron unas parcelas y comenzaron a descuajar tabaibas, tomillos y balos, como con el propósito de roturar y disponer forzosamente asentamientos”. La “calma aparente” que posteriormente observó la guardia civil, desplazada de inmediato a la zona, era considerada por el periódico como indicativo de que “por lo visto solo se produjo un ligero desahogo.”

Falangistas en la Plaza de Santa Ana. Archivo fotográfico FEDAC.

LAS BRIGADAS DEL AMANECER.

Juan Ortega Guedes era la persona más influyente en el pueblo, en la época del golpe del 18 de julio, alcalde de barrio y posteriormente mayordomo en las Salinas. A él se dirigió el jefe en la zona de la Falange para indicarle que en una fecha determinada pasaría de madrugada a hacer una “saca” de los comunistas del pueblo, para que tuviera preparada una lista con sus nombres. En esa fecha pasaron los falangistas y Juan Ortega les indico que en el Castillo no habían comunistas, y como el Jefe seguía insistiendo en que le diera nombres, Ortega le dijo que tomara nota que el iba a dar los nombres, empezó nombrando al mismo Jefe de los falangistas, con lo que este, indignado, se marcho, afirmando que las cosas no quedarían así. Después de estos hechos Ortega estuvo durante meses durmiendo en otras casas, por si venían a buscarlo de madrugada.

En el Castillo si había comunistas, como el caso de Serafín “el Winche”, vecino del Castillo, procedente de La Isleta. Este era pescador, y enterado del golpe se embarcó en un pesquero, pasando a Port Etiene. Mi abuelo, también pescador, contaba que muchos pescadores se quedaban en Port Etiene, entonces protectorado francés y no regresaron por miedo a la represión.

Prisioneros en el Campo de Concentración del Lazareto de Gando en 1937. Señalado con flecha, Manuel Ojeda.

Manuel Ojeda, nacido en Tirajana y vecino del Castillo fué padre de don Manuel Ojeda, el primer médico nacido en el pueblo y Concejal del Ayuntamiento. Ojeda fue detenido y recluido en el Campo de Concentración de Gando para ser fusilado, acusado de intentar poner una bomba en el puente de Arucas. De él tenemos una foto histórica, junto a los prisioneros del Campo de Concentración, muchos de los cuales fueron fusilados y otros asesinados por las Brigadas del Amanecer después de ser liberados. La mujer de Manuel, que era de Arucas, conocedora de que su marido iba a ser fusilado pidió audiencia al obispo Pildaín y acompañada de su hijo en esos momentos con unos 3 años, le indicó que venía a entregarle al niño pues su marido iba a ser fusilado al día siguiente. Pildain realizó gestiones que seguramente le salvaron la vida al igual que a muchos detenidos por esas fechas.

Manuel Ojeda, posteriormente fue dueño de coches "piratas", único medio de transporte de aquella época. Según nos informó su nieto, en uno de estos coches transportó desde Las Burras a Las Palmas GC a un oficial herido del submarino alemán U167, hundido por los aliados en 1943. Mucho mas tarde le concedieron la licencia municipal de taxi nº 1 de San Bartolomé de Tirajana.

INCIDENTES CON EL MAYORDOMO DEL CONDE EN 1940.

Estos incidentes, se desarrollaron en el contexto de la II Guerra Mundial a principios de los años 40, ante una inminente invasión de Gran Canaria por parte de los aliados, que al final no se llegó a producir. Por este motivo la isla estaba tomada militarmente, y sufría un gran desabastecimiento por la falta de tráfico comercial en el Puerto, y debido a ello la gente pasaba literalmente hambre y penurias.

La costa del Castillo era uno de los posibles puntos de la invasión, por lo que era zona militar y secreta. Se hicieron múltiples trincheras, y se estableció una compañía y un aeródromo cerca de El Rodeo. Habían barreras de control en todos los caminos y era necesario tener salvoconducto para poder pasar, el cual debían tener los vecinos.

Los habitantes del Castillo, basaban su sustento diario en la leche de las cabras que criaban, en el gofio y en la pesca, que afortunadamente en la zona era abundante. Tenían como costumbre soltar sus cabras en el Tabaibal, que rodeaba el pueblo, para que se alimentaran y a una hora determinada las llamaban con silbos para ordeñarlas. Prácticamente cada familia tenia sus cabras, y con la leche que producían se ayudaba a completar la alimentación del día, cuando no era el alimento básico.

Cierto día aparecieron en El Tabaibal, Panchito Quintana, guardia de Tirajana, único que había en el Municipio, Don Bernardo Cazorla, mayordomo del Conde y algunos trabajadores del mismo que empezaron a capturar las cabras de los vecinos para llevárselas. Los niños del pueblo que contemplaron esto fueron corriendo a avisar a los salineros, que inmediatamente acudieron a defender lo que era la fuente básica de su alimentación.

Se enfrentaron al guardia y a Don Bernardo, habiendo palabras mayores e incluso Victorianito Guedes, el primer hijo de Blas Guedes, con más de 70 años, ya muy mayor, tenía como era habitual el cuchillo canario enfundado en la cintura, haciendo ademán de desenfundarlo, ante lo que creía una cacicada más por parte del Condado, al igual que le habían hecho a su padre. Al final, los vecinos recogieron sus cabras y el mayordomo y sus hombres se fueron.

Al día siguiente el guardia Panchito Quintana apareció en el pueblo convocando a los vecinos que habían tenido el incidente el día anterior a los que iba avisándoles, uno a uno de que la guardia civil les esperaba en El Muro, como era conocida una zona de la Casa Condal en Juan Grande y residencia del mayordomo Cazorla. Los convocados eran en su mayoría salineros: Agustín Alemán, Pepito Rivero, Juanito Guedes, Victorianito Guedes, Teofilo García, Eduardo González el molinero, Juan Delgado “Falange” y Sebastián García.

Finca Condal en Juan Grande, años 40. Archivo fotográfico FEDAC.

A medida que cada uno llegaba al Muro, recibía una paliza de palos y bofetones, llevándose todos bastante leña, maltratándolos también de palabra, por los hechos del día anterior. También maltrataron a los hijos de Blas Guedes,Victorianito con más de 70 años y Juanito con 60 años. Cuando terminaron con ellos les mandaron presentarse en Tirajana, donde estaba el cuartelillo de la guardia civil. Tuvieron que ir caminando y permanecerían allí dos noches y un día.

Se les acusaba de que las cabras se estaban comiendo las piñas del Conde, cosa que no era cierta, pues el Tabaibal era prácticamente un bosque muy tupido, con tabaibas del tamaño de higueras, donde la gente que entraba incluso podía perderse, y los cultivos estaban alejados del mismo. A Victorianito, con más de 70 años, lo acusaron de quererlos atacar con el cuchillo.

La primera noche en Tirajana estaban nuestros vecinos bastante asustados por la guardia civil, después de la paliza recibida y aún los humillarían mas pues les dijeron que debían  ir esa misma noche a Juan Grande a pedir perdón a Don Bernardo, y allá fueron todos en una camioneta. Después de camino a Tunte, les hicieron trabajar en Aldea Blanca, donde estuvieron hasta las cuatro de la mañana en los hornos de cal del Conde cargando cal y luego en Tunte, tuvieron también que descargarla.

Después de esto, los vecinos, que tenían muy buena relación con los militares, sobre todo con el Coronel Bardellón, comandante del destacamento, presentaron un escrito al Capitán General García Escamez, relatándole todos los hechos. Este, mandó abrir una investigación en la que se llamó a declarar a muchos vecinos del pueblo. La guardia civil había cometido una infracción al meterse en la zona militar, cuya jurisdicción correspondía a los militares. Resultado del expediente fue que los guardias civiles fueron trasladados, el mayordomo Cazorla fue multado con 9.000 pts., igualmente el secretario del juzgado de San Bartolomé fue multado, y el guardia Quintana a partir de esas fechas perdió toda su autoridad en el Castillo.

EL CORTE DE CARRETERA EN JUAN GRANDE EN 1975.

El último hecho que refleja la capacidad de lucha de los castilleros, ocurrió el 14 de enero de 1975 en plena dictadura. Cuatro años antes habían llegado al Castillo un grupo de monjas del Sagrado Corazón, a su vez maestras y dos nuevos sacerdotes Domingo Viera y Manuel Medina Guedes, todos ellos muy preocupados por las necesidades del pueblo, siendo una de las principales necesidades la de la educación, pues la escolaridad de los niños no llegaba al 60%. El colegio del Castillo, era comarcal y tenía que atender también a los niños de la segunda etapa, de los barrios limítrofes: Matorral, El Rodeo, Agadir, Juan Grande y Aldea Blanca, siendo su capacidad insuficiente.

Carretera de Juan Grande, cortada en 1975. Archivo fotográfico FEDAC.

La comunidad educativa, compuesta por las monjas, los demás maestros y el APA, habían solicitado desde hacía tres años la construcción de un Colegio en Matorral para paliar este déficit y los dineros para construirlo, incluso estaban presupuestados. Pero el problema principal eran los terrenos, que tenían que ser puestos por el Ayuntamiento y este o no tenía capacidad o no le interesaba la solución del problema.

Los vecinos se reunieron en la Iglesia del Castillo, y allí asistieron también vecinos de la Aldea, Matorral y en menor medida de Juan Grande. También se había solicitado la presencia del Alcalde, que no quiso acudir. Los vecinos viendo que no se les haría caso si no tomaban una decisión drástica, decidieron por mayoría, cortar la carretera en Juan Grande, que era en esa época el único acceso al sur de la isla, y no cejar en esta actitud hasta que se presentara el alcalde y se comprometiera a poner los terrenos.

Los vecinos fueron en manifestación caminando hasta Juan Grande y allí se cortó la carretera y se siguió en esa actitud hasta que el Alcalde apareció. Estaba de alcalde en ese momento, Enrique Velando Casteleiro, que en la Iglesia de Juan Grande, y en presencia de los vecinos, firmó el escrito comprometiéndose a ceder los terrenos para la construcción del Colegio.

Y el Colegio del Matorral se hizo, y luego se hicieron el del Castillo, Juan Grande, y Aldea Blanca y en el Municipio en esos años no volvió a haber más problemas por cesión de terrenos para la construcción de Colegios.

El alcalde fue cesado tomando posesión como nuevo alcalde Francisco Araña del Toro y en noviembre de ese mismo año murió Franco dando comienzo a una nueva época en España.

ÉPOCA ACTUAL.

Con la llegada de la democracia y la etapa del bienestar económico la capacidad de lucha de los vecinos, decayó. Es posible que una de las causas fuera que los partidos políticos elegían entre sus candidatos a las personas más influyentes de las grandes familias. Debido a ello el pueblo se dividió, dando origen a muchos conflictos. Los vecinos, en vez de mirar por un bien común, como ocurría anteriormente iban con su candidato a muerte, y en contra de los rivales de forma fanática, cosa que nos recuerda lo que hemos visto en los relatos anteriores.

Existe una faceta en la que la capacidad combativa de los castilleros, se siguió expresando hasta hoy día, esto es, en el deporte. Así, el campo del Castillo C.F., era conocido por todos sus rivales, por el ambiente en contra con el que se encontraban, por tener un público muy fanático y seguidor de sus colores, que por el lado negativo, también fue causa de muchos problemas. Los jugadores al igual que los de otros deportes como el baloncesto también se caracterizaban por la capacidad de lucha y el pundonor en defender sus colores.

Hoy, debido a la llegada de nuevos vecinos al barrio y al haber nuevas influencias culturales y en las costumbres, observamos como los signos de identidad van desapareciendo poco a poco, por lo que debemos luchar porque los vecinos conozcan su rica historia y fomentar los lazos de unión para que no se produzca el desarraigo, al que nos conducen las formas de vida de nuestra época.

miércoles, 21 de julio de 2010

NAUFRAGIOS EN LA COSTA DE CASTILLO DEL ROMERAL.

Zuleika encallado en la caleta de San Agustín (Bco. de Guiniguada). Archivo fotográfico FEDAC

PABLO GUEDES GONZÁLEZ.

En el periódico La Provincia del pasado domingo, se publicó un artículo de Pedro Socorro, recopilado a su vez de la prensa de1915 del encallamiento cerca de la Punta de Tenefé, del Pembrokeshire, un barco inglés de 6500 toneladas de registro. Venía con un cargamento de café y cacao y se dirigía a Inglaterra. Llevaba a bordo 83 marineros y tres pasajeros, al mando del capitán Chas L. Willats.

“Sobre las cinco de la madrugada del lunes 16 de noviembre de 1915, el barco navegaba por sotavento cerca de la playa de Tenefé, junto a la desembocadura del Barranco de Tirajana, a una velocidad de trece millas por hora. En ese momento estaba en el puente el primer oficial, quien declararía que una densa neblina le impedía ver la costa. Al parecer fue la causa del accidente que poco después hizo que el barco, desviado de su rumbo, embarrancara en un lecho de arena de la citada playa.”

El artículo completo de esta historia en Naufragio en la costa del Sur.


La costa sureste y sur de Gran Canaria, fue durante todas las épocas, encrucijada de paso para la navegación mundial, y por ella pasaron los más importantes marinos de todos los tiempos, de ahí su importancia estratégica.En la época de la navegación a vela, saliendo de Las Palmas GC, los navíos seguían la ruta del sur, pues contaban con el viento a favor para luego proseguir hacia América o el sur de África. Así vemos de la importancia de esta zona en un informe de la Comisión de Faros, en 1861, sobre el que se basa la posterior construcción del Faro de Maspalomas:

“Hoy son las Islas Canarias la escala obligada de todas las líneas de vapores, que desde Europa se dirigen a la costa occidental de África y Cabo de la Buena Esperanza. Las que van a Australia, Zelandia, Nueva Caledonia y otras islas de la Oceanía meridional, prefieren la travesía del Cabo a la del Istmo del Sur, y hacen la misma escala, y la de las Antillas y America del Sur tocan también en estas Islas. Los buques de estas diferentes líneas a su llegada de Europa se encuentran a un Faro al Norte de cada Isla; pero en cambio a su retorno del Sur ninguna luz les indica su situación.”

Barco encallado en el marisco. Archivo fotográfico FEDAC

La Punta de Tenefé fue lugar de frecuentes encallamientos y naufragios a lo largo de todas las épocas. La zona de “La Punta”, como la conocemos en el pueblo y más concretamente la zona donde hoy está la Central Térmica y sus inmediaciones, eran los lugares habituales de los naufragios.

De hecho desde el siglo XVII, se conoce a la zona, donde hoy está la piscifactoria de ADSA, como “Barco Quebrado”, por algún naufragio de aquella época, haciendo a su vez referencia por este nombre e nuestros orígenes portugueses.

Según informaciones de mi padre, en el pueblo se recordaban los encallamientos por el cargamento que llevaban, pues los pescadores trabajaban en el rescate y se beneficiaban de los productos que transportaban.

Los naufragios a los que hacemos referencia son el del café que seguramente se corresponde el Pembrokeshire, el del pescado salado, el del trigo y el de afrecho (alimento para animales), estos últimos en los años 40 o 50. En fechas mas recientes recordamos por haberlos vistos directamente los encallamientos de dos barcos cargueros, el primero donde posteriormente se construyó la central térmica, en los años 80 y el otro en Juncalillo,, en los 90.

Pero hubo otros muchos encallamientos, de hecho en el Castillo, habían dos personas que se dedicaban al rescate de restos de naufragios, Manuel Méndez y mi abuelo Pablo Guedes Sanchez, que trabajaban con un buzo de Las Palmas GC, llamado Antonio.

Buzos del rescate del Alfonso XII en la baja de Gando, Archivo fotográfico FEDAC

Mi abuelo me contaba, que ponían explosivos para romper las planchas y cuando no estaba el buzo, él se tiraba al fondo junto con una piedra y un cabo, para bajar mas rápido y luego amarraba los restos al cabo para izarlos desde arriba.
Recordamos tambien al “Plasencia”, un barco que encalló en la zona y después de ser rescatado se hundió frente a la Punta y ahora es visitado frecuentemente por submarinistas.

Por último reseñar los informes de hundimientos de pesqueros por parte de piratas frente a la fortaleza de Santa Cruz del Romeral y en La Tabaibita, y ataque y posterior hundimiento del submarino alemán U167, por parte de los aliados en la II Guerra Mundial, frente a la costa de Castillo del Romeral, del que hablaremos en otro artículo.
Muelle de Santa Catalina, carga de plátanos. Archivo fotográfico FEDAC.

sábado, 17 de julio de 2010

RECUPEREMOS NUESTRAS SALINAS.

Salinas en Lanzarote, principios siglo XX.

Artículo Publicad en maspalomasahora.com el 4 de Marzo de 2007
Pablo Guedes González.-

Con motivo de la rehabilitación de las Salinas de Tenefé (en el año 2007) y puesta en marcha su centro de interpretación por parte del Ayuntamiento de Santa Lucía, a continuación expongo un poco de historia para la reflexión.

Las salinas de Tenefé fueron construidas a finales del XVIII, al mismo tiempo que las del Matorral, debido a la gran demanda de sal que en esa época había para abastecer a los barcos pesqueros que se dirigían a la costa de África. Las salinas de Castillo del Romeral, en esas fechas aportaban el 80-90% de la sal utilizada por la totalidad de los pesqueros. Eran las más importantes de las islas, motivo por el cual, la zona era transitada por todos los barcos que se dedicaban a esta pesquería.

En 1800 se dedicaban a esta pesca unos 20-25 pesqueros, de los que la mayoría tenían su base en Las Palmas. La ruta que seguían, partía de Las Palmas, dirigiéndose al Castillo, aprovechando el alisio, para cargar la sal, y de aquí seguían para la costa africana en una amplia zona desde Cabo Bojador, al sur de El Aaiún, hasta Cabo Blanco, en la frontera entre Mauritania y Sahara, con las ciudades de La Güera y Port Etienne la actual Nouadhibou, desde donde hoy día vienen los cayucos. Allí pescaban durante tres o cuatro días, tiempo en el que llenaban las bodegas debido a la gran cantidad de pesca y regresaban, tardando en cada viaje entre 20 y 30 días. A su regreso, volvían a pasar de nuevo por Las Salinas al quedar estas en su ruta y había una tradición en el Castillo, por la cual si volvía un vecino del pueblo en el barco, este ponía una bandera para que sus familiares supieran que regresaba.

Casa de la Sal - Salinas Abajo

Las Salinas  fueron desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XX el lugar más comunicado del Sur debido al continuo tránsito de los pesqueros, que cuando cargaban la sal permanecían uno o dos días en la zona. Este hecho, a su vez fue causa de numerosos ataques piráticos, lo que conllevó la construcción de la fortaleza de Santa Cruz del Romeral a finales del siglo XVII. Las incursiones piráticas dejaron su rastro en los pecios y cañones, que aún hoy vemos en sus fondos. En la Casa de la Cultura de Castillo del Romeral se encuentra expuesto un falcón pedrero, del siglo XVI, correspondiente a un pecio hundido, cerca de las salinas. Suponemos que es uno de los objetos más antiguos, salvando los restos y utensilios aborígenes, de los que tenemos noticias en el Sur. A su vez hay una zona de Las Salinas, conocida como el Balache de los Muertos, donde se han encontrado restos humanos, con cráneos agujereados por proyectiles, los cuales creemos pertenecientes a piratas, herejes como eran conocidos en la época, los cuales eran enterrados en la misma zona, por no ser traslados al cementerio de Agüimes.

Las primeras salinas se construyeron en 1537, solamente 50 años después de la conquista, en la zona conocida por La Tabaibita, al sur de Juncalillo. En 1590, cuando Torriani, hace la inspección e informe sobre las defensas militares de la isla, ya es conocida la zona como Las Salinas, situada entre Pozo del Lentisco y Punta de Tenefent (Tenefé).

Sal que "cuaja" de forma natural en Salinas de Abajo.

Hoy día paradójicamente las únicas que se han salvado en la zona son estas salinas, las más antiguas, conocidas por “Las de Abajo”, pues todas las demás han desaparecido. Ya no volveremos a ver las de Barco Quebrado, las de Chanito, las de Las Casillas, Las viejas, las de La Casa de En medio, las de La Mejora, las de La Caleta, y las últimas que fueron construidas en el siglo XX, las de Jardín. Todas ellas desaparecidas por la falta de visión de nuestras autoridades y por la especulación. La desaparición de las salinas junto con la profesión de salinero supuso una perdida importante de nuestro patrimonio cultural y etnográfico.

Las salinas con una antigüedad de 470 años, desaparecieron en menos de 30 años. Nuestros antepasados desarrollaron la actividad salinera, tan importante para los antiguos canarios, que tenían en el pescado salado, una parte fundamental de su alimentación, y en la que durante siglos se utilizo el “conduto” (pescado salado), como salario en especie en diferentes profesiones de las islas. Estuvieron funcionando de la misma manera y prácticamente sin transformación en las formas de trabajo, desde que se establecieron en 1537 hasta principios de los años 60, y fueron la más importante industria de Canarias, razón de la fundación de Castillo del Romeral y el lugar más destacado del sur durante siglos.

En un municipio turístico como el nuestro, y con la actual crisis que padece, se hace necesario poner en valor nuestro patrimonio y ser identificados no solamente por el sol y playa, sino también, por la rica y abundante historia que atesora, prácticamente desconocida por sus vecinos. Felicitar al Ayuntamiento de Santa Lucía por haber salvado sus salinas y emplazar a nuestro Ayuntamiento a intentar salvar las que quedan, darlas a conocer a nuestros vecinos y sacarles rentabilidad turística.

lunes, 12 de julio de 2010

BUSQUETS Y PEDRITO, DE JUGAR CONTRA EL CASTILLO A CAMPEONES DEL MUNDO.


Ahora que estamos viviendo unos momentos históricos, y que todos nos sentimos identificados con la roja, es un orgullo recordar aquel domingo, 25 de mayo de 2008, cuando el Barcelona B, de Pep Guardiola se enfrentaba al Castillo C.F., en un histórico encuentro para nuestro pueblo en el Estadio Municipal de Castillo del Romeral, hace justo ahora dos años y dos meses. Los dos equipos de tercera división, se enfrentaban por la fase de ascenso a 2ª B.



Busquets al lado del portero, Pedrito agachado y Jefren detrás.

En ese equipo que entrenaba Guardiola jugaban dos jugadores, Pedrito y Busquets, que ahora se han proclamado campeones del mundo en Sudafrica. En dos años han pasado de jugar en tercera división a ganar todo lo máximo a lo que puede aspirar un futbolista.

Al siguiente año, Guardiola entrenó al primer equipo del Barca, logrando el triplete y contando con Pedrito, Busquet y Jefren, que también jugaba esa eliminatoria con el Castillo.

Además, después de ese partido Guardiola se llevaba al Barca al fisioterapeuta del Castillo C.F., David Álvarez.

Adjuntamos fotos de ese encuentro, recopiladas de diferentes webs: Peña BarcaAldea de Gran Canaria, Canarias Deportiva, Sport, El Día, Canarias7, Maspalomas Ahora.

El partido finalizó con empate a 0, pero en el partido de vuelta, el Barca venció por 6-0, con un gol de Pedrito.

ENLACES A LAS NOTICIAS DE ESAS FECHAS:






viernes, 9 de julio de 2010

CASTILLO DEL ROMERAL: FORJANDO LA IDENTIDAD DE UN PUEBLO I.

CASA FUERTE DE SANTA CRUZ DEL ROMERAL

PABLO GUEDES GONZÁLEZ.

Si hay una cualidad que caracteriza a los vecinos de este pueblo y por la que tienen fama es la de ser un pueblo combativo, de gente orgullosa y con casta unida por fuertes lazos familiares y por una rica historia y cultura comunes.

Esta rica historia que forjó a sus habitantes, de lucha por su supervivencia y por que nadie les arrebatara sus posesiones y derechos, es la que vamos a dar a conocer en síntesis a continuación y de la que esperamos sacar un libro, en un futuro próximo, con el fin de que no se pierda y sea conocida por todos los vecinos del Municipio.

El pueblo en sus orígenes nace al mismo tiempo que las salinas. Los salineros, se fueron estableciendo en la zona para la explotación de este recurso, llegando en su época a ser las salinas más importantes de Canarias. Desde 1537 se tiene conocimiento de la explotación de las primeras salinas.

Sus habitantes pertenecían y se sentían arraigados e identificados con el pueblo de Agüimes, hasta principios del siglo XX, a donde acudían los domingos a oír misa y donde eran bautizados sus hijos y enterrados sus muertos. También, los hombres lucharon con la compañía de milicias de Agüimes contra los piratas, azote del sur de la isla durante varios siglos.

PIRATAS Y CORSARIOS.



En esta zona se encontraba la primera línea de fuego de la isla, donde acudían siempre piratas de todas las nacionalidades a hacer aguadas, a la búsqueda de esclavos y sobre todo a la caza y captura de los pesqueros que forzosamente pasaban por la zona para cargar sal, o en su ruta de regreso hacia El Real de  Las Palmas. A lo largo de la historia tenemos noticias de ataques de ingleses, franceses, holandeses y moros y en la costa de las salinas se han encontrado restos de estas luchas.

En la historia escrita no aparecen en detalle muchos de estos combates, pero podemos citar un ataque francés a Maspalomas en 1685, documentado en el Archivo Parroquial de Agüimes, falleciendo en el combate siete vecinos,“… enterráronse en el pago de Maspalomas por haber muerto riñendo con los franceses y no poderles traer a la parroquia.”

A la señal de rebato, que daba el atalayero a la vista de naves enemigas, se tocaban las campanas, reuniéndose todos los hombres en edad de luchar, aportando cada uno sus propias armas, que generalmente consistían en garrotes (palo del pastor) y útiles de labranza. Una vez formada la compañía, se seguía al enemigo por toda la costa, intentando evitar su desembarco o ataque.

Debido a los ataque piratas y con el fin de proteger las salinas, se comienza a construir en 1681, la Casa Fuerte de Santa Cruz del Romeral. En 1703, toma posesión el primer alcaide y aparte de los salineros, esclavos y dotación del Castillo, “… a un tiro de mosquete se hallan hasta treinta personas (La Caleta), y a un cuarto de legua Juan Grande, con cuarenta personas de asistencia (…) de dicho paraxe…”

Domingo Déniz Grek describe en el siglo XIX, el castillo y los habitantes: “… a seis leguas y media de la ciudad de Las Palmas se deja ver un monumento en prueba de lo que sufrió esta Isla en el siglo XVII, al mismo paso que acredita en cuan alto grado ha dominado siempre el valor marcial a sus habitantes…”. La fortaleza tuvo remodelaciones durante el siglo XVIII y prosigue Déniz “…que tras las remodelaciones llegarían a poder alojarse hasta los trescientos o cuatrocientos hombres. Los servicios prestados por el castillo fueron muy importantes en cuanto a la defensa de la Isla, de la industria salinera y de los buques de cabotaje y pesca que, perseguidos por los corsarios, se iban a refugiar bajo su potente artillería.”

La construcción, el mantenimiento y la dotación del Castillo, que fundamentalmente estaba constituida por los salineros, fue realizada y costeada de forma privada por Antonio Lorenzo Betancor, dueño de las salinas. A su vez, correspondía también a los mismos vecinos la defensa de sus casas, de sus posesiones y de su vida, organizados en las milicias canarias, en este caso en la compañía de Agüimes, porque no había un ejército que viniera en su ayuda y ni siquiera se les proporcionaba armas para la lucha.


De la capacidad de la Casa Fuerte, nos da cuenta en 1779, el capitán Miguel Hermosilla, enviado a Gran Canaria, como ingeniero militar con la misión de realizar un informe sobre las defensas militares y hablando de la preparación, y condiciones del castillo afirma: “…siendo la única fortaleza que está en disposición de hacer una defensa honrosa en la Isla”.


Al final de siglo XVIII, tiene lugar otra de las múltiples guerras de España, esta vez con Inglaterra y muchos barcos vienen a refugiarse de las naves enemigas al abrigo del Castillo tal como relata Santiago Cazorla que dice contar con oficios de una serie de barcos que se refugiaron durante los años 1797 y 1798, época en la que se produce el ataque de Nelson a Santa Cruz.

El constructor del castillo, Antonio Lorenzo fue el antecesor de la familia Rocha, que hasta mediados del siglo XX fueron los dueños de las salinas y los terrenos circundantes y en un principio rivales de la otra gran familia terrateniente en la zona, la de Castillo Ruíz de Vergara, poseedores del titulo de Conde de la Vega Grande.


EL MOTÍN DE AGÜIMES.


En el año 1719 se suceden los hechos conocidos como “Motín de Agüimes”, originados porque Francisco Amoreto, suegro del que sería el primer Conde de la Vega Grande, compra a la Corona, tierras de Sardina, Aldea Blanca y del Castillo. Todas estas tierras eran utilizadas por los vecinos de Agüimes, fundamentalmente para llevar sus ganados de cabras y en menor medida para cultivos, de todo lo cual, dependía su subsistencia. Por esa utilización de las tierras los vecinos debían pagar al Cabildo que gobernaba la Isla un impuesto, de un real por fanega, que en su mayoría, nunca fue pagado por la suma pobreza de los vecinos.
Cristóbal de la Rocha se pone al lado de los vecinos desde el principio, sobre todo porque en la disputa se encuentran 108 fanegadas de sus tierras (las de la zona del Castillo) que fueron roturadas por su suegro Antonio Lorenzo y que pagaban anualmente el real por fanega al Cabildo.


Según Bethencourt Massieu el interés de la lucha de estos dos poderosos, es la búsqueda de la hegemonía en el sur y en general de la isla. Para ello dividen la villa en dos bandos, incluso de los poderes, ya que el alcalde real de la villa (nombrado por el Cabildo) denuncia al ordinario (nombrado por la Iglesia, ya que Agüimes era señorío episcopal) por favorecer al teniente coronel Rocha.


El 30 de noviembre de 1718, domingo, después de misa, Amoreto se dispone a labrar machos para el riego en sus nuevas tierras, y dividirlas para entregarlas a medianeros. Lleva a medianeros de Juan Grande y Aldea Blanca con yuntas para realizar la tarea, y pone al frente de la operación al alcalde real Joaquín González. Un grupo de unos 40 vecinos de Agüimes, (seguramente también del Castillo), se les opone, derribando al alcalde, dándole garrotazos, dándolo por muerto y hace huir a los medianeros.



Los vecinos son conscientes de que les van a despojar las tierras y por ello se amotinan y confabulan pues es lo único que tienen y debido a las miserias que pasan y a la injusticia que creen se está cometiendo, les da igual las acciones a tomar. Recordemos que la mayoría pertenecen a las milicias y están acostumbrados a combatir a piratas, y la acción se desarrolla, tal como si fuera por rebato o alarma pirata. Así, pasada la medianoche, se apoderan con amenazas de la “Caja de Guerra”, banderas armas y tambores, y al grito de “¡Viva el Rey! ¡Muera el mal gobierno!” convocan al resto de vecinos de forma que a la mañana los amotinados en número de 300 o 400 controlan las salidas y entradas de Agüimes y establecen una guardia.


Después de diversos hechos la sublevación se traslada a la plaza de Santa Ana, en Las Palmas, donde se encuentra el Cabildo. Los amotinados ahora ya no son solo de Agüimes, sino de toda la isla y allí tienen rodeados al capitán general, no dejándole salir si no libera a 22 vecinos arrestados por los distintos hechos acontecidos y condenados a destierro y multas imposibles de pagar.


El conflicto llega a tal punto que el capitán general ordena a sus hombres colocar la artillería para disparar a los amotinados y gracias a la intervención de la Iglesia se salva la situación. Había en la plaza unos 800 hombres que tenían rodeados al general en las casas episcopales y que decían que no los dejaban salir si no soltaban los presos. Los jesuitas y canónigos en hábitos de coro sacan en procesión al Santísimo Sacramento, mientras los dominicos llevan la Virgen del Rosario, y también se incorporan franciscanos y agustinos. En previsión de hechos sangrientos, esta comitiva se interpone entre los amotinados y las piezas de artillería que el general tenia apostadas en los accesos.

Debido fundamentalmente a la profunda religiosidad del pueblo, impresionados por la presencia del Santísimo y la virgen en la calle, y al poder disuasorio de los padres, los amotinados deponen su actitud. A su vez, después de diversas negociaciones, el capitán general decide soltar a los prisioneros y mandar información al Consejo de Castilla y al Rey para que decidan sobre el conflicto.

Al regresar el Capitán General a Tenerife, el Consejo del Cabildo de esta isla, le ofrece las rentas de sus bienes propios, e incluso los privados de sus regidores para financiar la merecida operación de castigo a que eran acreedores los grancanarios, a lo que el General se niega pues el problema está en manos del Rey Felipe V y su Consejo.


Transcurridos todos estos hechos el Consejo de Castilla resuelve a favor de los vecinos y la Audiencia y el comandante general, reciben ordenes del Rey no solo de olvidar las penas pronunciadas, sino de que los reos y vecinos reciban un trato exquisito: “…que por ahora absolutamente se sobresea y se suspendan los procedimientos y las causas de los referidos alborotos y tumultos, sin molestar a los reos, ni o otros algunos…por ellos, ni inobar en el estado que se allaren en cuanto a las tierras y sus vienes, ni hacerles agrauios, ni vexaciones de que tengan motivo de quexas, de modo que comprendan haberse extinguido la criminalidad de este asunto y se logre la anterior y universal quietud de las islas con aplausos y justificación de S.M.”.

El Rey toma esta decisión porque en el asunto está en juego la españolidad de las Islas, pues no olvidemos el valor estratégico de las mismas a lo largo de toda la historia y los ingleses en guerra con España por estas fechas, podían hacerse fácilmente con ellas, si la población no colaboraba en la defensa.


Después de esto las tierras pasaron a ser de propiedad comunal de todos los vecinos de Agüimes como venía siendo anteriormente. Este hecho además de reafirmar la fortaleza de los vecinos del Castillo, supuso también conservar una independencia del poder del Condado, que llegaría hasta el siglo XX.

Económicamente sus medios de vida no dependían del conde, pues la mayoría se dedicaba a la profesión de salinero con los Rocha, a la pesca o al pastoreo en las tierras comunales.

LA SUBLEVACION DE 1823.

Millares Torres y Deniz Grek nos describen un hecho en el que se utilizan dos cañones de la Casa Fuerte del Romeral, y por ello con toda seguridad participan vecinos del Castillo. El día del Pino de 1823, hubo en Gran Canaria una sublevación de los seguidores del partido absolutista, contra los del partido liberal o constitucionalistas, que estaban en el poder. Estos defendían la Constitución de Cádiz, que en ese momento estaba vigente. Había un plan de atacar Las Palmas, con dos fuerzas una que venía del norte, y otra del sur.

El objetivo de los sublevados era atacar la ciudad, desarmar la milicia urbana, destituir las autoridades y declararse independientes de Tenerife, así como vitorear al rey Fernando VII, por sus triunfos ante los constitucionales. Estaban apoyados por algunas fuerzas de las milicias y por el apoyo secreto de algunas familias nobles de Las Palmas.

Castañón, el general al mando de los liberales, decidió parlamentar con los sublevados, ofreciéndoles perdón si se retiraban. En ese momento las compañías de milicianos pertenecientes al Regimiento de Telde, dándose cuenta de que su responsabilidad era muy grave, se pasaron al bando liberal junto con sus oficiales. La mayoría de los campesinos salio huyendo, quedándose solamente unos pocos, que igualmente salen huyendo al oír el primer cañonazo. El cabecilla de los sublevados, Matias Zurita fue capturado y condenado a muerte, siendo fusilado en la Plaza de San Juan de Telde.

LAS TIERRAS DE BLAS GUEDES.

A principios del siglo XIX, encontramos establecidos en el Castillo a los hermanos Blas Antonio Guedes Gordillo ((1772-1834), en la Casa Fuerte y a José Vicente Guedes Gordillo (1779 - ¿?) en La Caleta. Los dos proceden de Agüimes y van a dar origen a una prolífica familia de la cual descienden la mayoría de las familias del Castillo, si exceptuamos, las llegadas al pueblo en los últimos años.

Blas Antonio Guedes era Condestable del Castillo y mayordomo de las Salinas.

Un nieto de Blas Antonio, fue Blas Guedes López (1838-década 1920), pastor, comerciante y mayordomo de las salinas de los Rocha. Según la historia familiar era dueño del Tabaibal del Castillo desde el pueblo hasta el Barranco de Tirajana.

La leyenda familiar dice que el Conde quería quedarse con estas tierras, por lo que intentó una negociación con Blas Guedes y para ello mandó a su mayordomo de Juan Grande llamado Blas López, primo de Blas.

Quería hacer una permuta de los terrenos de Amurga por los terrenos del Tabaibal debido a que los primeros al ser montañosos eran más apropiados para el ganado, mientras que los segundos al ser llanos, lo eran mejor para el cultivo. El Conde, de alguna forma logró que Blas aceptara el cambio, hecho que según la leyenda consiguió engañándolo, ya que al año de estar pastando su ganado en Amurga, vino su primo Blas López, el mayordomo, a decirle que tenía que pagar una fisca por cabeza de ganado y si no, debía trasladarse con los ganados a otro sitio.

No hemos podido demostrar la propiedad de las tierras por parte de Blas, creemos que eran explotadas para el pasto de sus ganados. Las tierras, al igual que las de Sardina, eran de propiedad comunal de los vecinos de Agüimes, desde la época del motín de Agüimes de 1719. Al final las tierras fueron vendidas por el Estado, esto podría haber sucedido en 1873-75, fecha en la que el Conde compró el 20% del territorio del Municipio de San Bartolomé de Tirajana, en la desamortización civil de los bienes del Estado.

Lo cierto es que la tradición oral familiar que llega hasta nuestros días fue que el Condado se quedó con las tierras que eran de los Guedes y ello explica los hechos que relataremos en la segunda parte del artículo.

Publicado en Maspalomasahora.com en abril de 2007.

miércoles, 7 de julio de 2010

HISTORIA DE CASTILLO DEL ROMERAL ¿POR QUÉ UN BLOG?


Todo empezó con el descubrimiento de un cañón, igual al de la foto, por unos amigos mientras hacíamos buceo en Las Salinas de Abajo. Siempre me llamaron la atención las antigüedades y como no iba a ser menos la curiosidad me llevó a investigar sobre este cañón que en realidad resultó ser un falconete pedrero del siglo XVI, que actualmente se expone en la Casa de la Cultura del Castillo.

Pero el proceso de investigación me llevó a conocer muchas otras historias, tradiciones y costumbres, que en general son desconocidas para los vecinos de hoy. Estas costumbres de gran valor etnográfico, eran la forma de vivir de nuestros antepasados durante siglos, sin variación hasta hace solo 40 0 50 años, pero desgraciadamente están desapareciendo por los cambios que nos trae el progreso.

Sacar a luz todos esos modos de vida y conocer nuestro pasado, supone dar la importancia que se merece a nuestra historia y a nuestro patrimonio, que son los que nos dan la identidad como pueblo.

Es mi intención, el intentar difundir por medio de este blog, todos esos descubrimientos que realicé investigando, primeramente en internet, luego en las bibliotecas públicas y después a los archivos especializados como el archivo parroquial de Agüimes, el archivo del Obispado, el Archivo Histórico Provincial y en el archivo del Museo Canario, al que desgraciadamente y como todos sabemos no se puede acceder actualmente.

Ello me llevó conocer hechos como que nuestra historia escrita comienza con Las Salinas de Abajo en 1537 y con ello los barcos pesqueros que iban a la costa africana que tenían que pasar por aquí haciendo de esta zona de la isla, un lugar muy frecuentado. Todo ello produjo los ataques piratas, que explican el hecho del cañón y la construcción de la fortaleza de Santa Cruz del Romeral.

Temas relacionados con los anteriores fueron los de las formas de vida de nuestros antepasados: el pastoreo, las explotación de las salinas, la pesca, las milicias canarias para combatir la piratería, etc. Y como no, nuestro origen: la familia Guedes, de la cual provienen la mayoría de los habitantes del Castillo, la ascendencia portuguesa y la ascendencia aborigen y los legados que nos dejaron.

Los restos aborígenes de la comarca nos hablan de nuestra prehistoria y seguro que pocos vecinos conocen de la existencia de restos aborígenes en Juncalillo, en Pozo Izquierdo, en Aldea Blanca y en Amurga, donde se desarrollaron las últimos acciones de la conquista de Gran Canaria.

Por último, en el blog se publicaran artículos de diferentes autores relacionados con toda esta temática y desde aquí quiero hacer una especial invitación a quien quiera sacar a la luz la historia desconocida, así como fotos antigüas, que lo pueden hacer enviándolo a: pabloaguedes@gmail.com

Sin extenderme más y esperando no aburrir al personal y cumplir con el objetivo marcado se despide este aprendiz de historiador.

Pablo Guedes González.