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jueves, 19 de mayo de 2016

LOS ‘PIRATAS’ DRAKE Y VAN DER DOES EN EL SUR DE GRAN CANARIA. 1ª PARTE: LA ARMADA DE FRANCIS DRAKE

Ataque holandés a la ínsula de Gran Canaria. Autor desconocido. Publicado en el libro de Michiel Joostens van Heede, uno de los escribanos de la expedición de Van der Does. Roterdam 1599 . Casa de Colón. Se señala Allagoena, (pronunciación en holandés de La Laguna), en vez de Las Palmas, pues los holandeses creían que atacaban la capital de las islas en aquella época.

 PABLO GUEDES GONZÁLEZ

En este artículo dividido en dos partes, explicaremos los pasos que siguieron por el sur de Gran Canaria los corsarios Francis Drake de Inglaterra, con una armada de 27 galeones y Pieter Van der Does, de la República de los Países Bajos con una armada  de 74 galeones, la más formidable que pasara por Canarias en todas las épocas. Las dos se sucedieron muy cercanas en el tiempo, la primera en 1595 y la segunda en 1599, enmarcadas en la Guerra de España contra estos países.

Las dos armadas habían atacado previamente la ciudad de Las Palmas GC, siendo la primera rechazada mientras que los holandeses habían ocupado y destruido la ciudad, antes de retirarse.

Aportamos en este artículo además de la visión española sobre los hechos, la visión   inglesa y holandesa, puesto que hemos podido localizar diarios de navegación de las dos expediciones. Esto nos ha llevado, en el caso del ataque holandés, a descubrir nuevos datos  que se desprenden de sus diarios de navegación, que nos llevan a  un cambio sobre la historia que se conocía hasta ahora,  y es que  la aguada y entierro de muertos de esa armada espectacular, de 72 galeones (al perder 2 en Las Palmas GC), se realizó en un puerto del Suroeste, probablemente en  Mogán y no en Maspalomas.

A fines de s. XVI, la ciudad de Las Palmas  con poco más de un siglo de existencia, tenía una importante actividad económica fundamentada en la exportación de la caña de azúcar. La ciudad era pequeña, solo ochocientas casas y contaba con unos 4.000 habitantes.  Después de la derrota de la Armada Invencible en 1588 el Rey Felipe II establece en ella la sede de la Capitanía General de las Islas Canarias, con un gobernador que concentra el mando político, militar y judicial, en casos de ataque. 

A lo largo de la historia, ya desde tiempos de los canarios, la isla entera era muy apetecible para piratas y corsarios, estando continuamente en estado de alarma, debido a su lejanía y sus pocas defensas. Es en este estado de cosas, donde se producen estos dos ataques piráticos, en busca de pillaje y riquezas,  aunque podríamos hablar de ataques corsarios, pues aunque las dos armadas fueron financiadas mayoritariamente con capital privado, las flotas llevaban el pabellón de sus respectivos países y sus almirantes llevaban patente de corso para ejercer la guerra.

Por último en referencia al sur de Gran Canaria, podemos decir que fue lugar estratégico en  las islas, pues cualquier barco que pasara por Las Palmas GC,  escogía esta ruta aprovechando los vientos alisios u obligado por los mismos debido a su intensidad  que en muchos relatos califican de temporal. La forma de navegación de la ruta del Atlántico y de los barcos de la época, en las que las velas estaban dispuestas para aprovechar los vientos portantes o de empopada (viento en popa) favorecía
esta ruta, más segura y más rápida, que permitía además realizar aguadas y descansos en “Las Calmas de Maspalomas” en  los lejanos y desiertos puertos del sur, que se situaban entre el actual Castillo del Romeral y la Punta del Descojonado, en La Aldea. Así vemos el paso por aquí de Bethencourt, Colón, Drake, Van der Does  y muchos de  los marinos más importantes de todos los tiempos.

LA ARMADA DE DRAKE EN EL SUR DE GRAN CANARIA


Francis Drake.
Francis Drake, el “Dragón”, el “Draco” o el “Drac”, pirata y azote para los españoles o Sir Francis Drake, héroe y caballero para los británicos era un navegante y corsario que destacó por ser el primer inglés en circunnavegar el globo y por hacerse en una de sus expediciones con el mayor botín de la historia. Era fanático anglicano,  durante un tiempo fue predicador y tenía un profundo odio hacia los católicos.

De nacimiento humilde, pues provenía de una familia de labradores, aprovechó que su tío era hermano del pirata y corsario John Hawkins, para entrar a su servicio. En 1567, realiza uno de los primeros viajes esclavistas ingleses y forma parte de una flota dirigida por Hawkins. En 1572 intentó apoderarse de la plata española que iba a ser embarcada en el istmo de Panamá, capturando el puerto de Nombre de Dios, forjándose aquí su reputacioón como pirata y corsario.

En 1577, Isabel I le encarga realizar su expedición más importante. Captura al Santa María, junto con su capitán, experto conocedor de las rutas marítimas y se hace con las cartas de navegación del Pacífico, el secreto hasta ese momento mejor guardado por los españoles. Gracias a ellas consigue ser el primer inglés en pasar por el peligroso estrecho de Magallanes, donde se queda solo con un barco. Ya en el Pacífico consigue un gran tesoro al capturar al Galeón de La Plata y al Galeón de Manila. Se convierte en  el europeo en llegar más al norte en la costa oeste de los Estados Unidos, intentando encontrar un pasaje al Atlántico. Se dirige al oeste a través del Pacífico, doblando el cabo de Buena Esperanza, completando la vuelta al mundo, por segunda vez tras 55 años después de la expedición de Magallanes-El Cano. Regresó a Inglaterra en 1580 con el mayor botín de la historia,  más las cartas de navegación del Pacífico, información conseguida  por españoles y portugueses, con un alto coste de barcos y vidas humanas. El botín obtenido fue valorado en 250.000 libras, una cantidad de dinero tan enorme para su época, que equivalía al presupuesto real inglés de varios años, por lo que es nombrado caballero.

En 1585, saqueó la costa gallega con 21 buques, pasa por Las Palmas GC  y desiste de atacarla por estimarlo demasiado arriesgado, prosigue hacia La Palma donde fracasa al intentar conquistar Santa Cruz, navegó al Caribe donde destruyó Santo Domingo y Cartagena de Indias.

En 1587,  preparandose la Armada Invencible, Drake entra en el puerto de Cádiz y destruyendo 30 de las naves de esta armada. Después de ello en 1588, es artífice de la victoria contra la Armada Invencible, siendo vicealmirante de la flota y al año siguiente en la llamada “Contraarmada” quiso tomar La Coruña y Lisboa con una flota de 80 naves y 20.000 hombres, expedición en la que fracasó.

La  última expedición de Drake es la que comentamos en este artículo en 1595, en su ataque a Las Palmas GC. Le acompaña su pariente John Hawkins. Gracias al aviso dado desde Gran Canaria, los puertos del Caribe están prevenidos, por lo que la expedición es un completo desastre muriendo por enfermedad tanto él como  Hawkins.

John Hawkins
 

John Hawkins fue almirante con Drake en esta expedición quesería la última para ambos. En Canarias se le conocía como Aquines, debido a la castellanización del nombre. Comenzó su carrera siendo el primer inglés que se dedicó al tráfico de esclavos negros, creando una empresa para ello. La reina Isabel le concedió patente de corso para realizar este negocio y gracias a los beneficios obtenidos le concede el título de caballero. Junto con Drake contribuye al hostigamiento del poderío naval español. En 1578 se convierte en el tesorero de la Marina reorganizándola y preparándola para la guerra contra España, favoreciendo con sus dotes organizativas la expansión marítima inglesa. En 1588, a bordo del Victory, fue el almirante de la flota inglesa que derrotó a la Armada Invencible.

Después de esbozar las biografías de los principales personajes nos centraremos en la expedición, que como habíamos dicho, tiene lugar  en 1595. La escuadra la formaba siete galeones de la Armada Real inglesa y los 21 restantes armados en corso (financiados con capital privado con el fin de obtener beneficios), con 4.000 hombres y dos generales del Ejército británico. La empresa no pudo empezar de peor forma ya que debido a la fama obtenida por Drake se alistan unos cientos de hombres más de los previstos, por lo que es necesario hacerse con provisiones urgentemente. Es entonces, en contra de la opinión de Hawkins que quería tener el factor sorpresa en su ataque al Caribe, cuando Drake ordenó atacar las Canarias y abastecerse allí.


Mapa Arguineguín - Punta de Maspalomas. Torriani. 1590 en Piraterias y Ataques Navales

Cuando llegan a Gran Canaria anclan en La Isleta y después de inspeccionar la costa intentan hacer el desembarco. Consideramos interesante la descripción de Marín de Cubas, del episodio que en la página 284 de su Historia de las siete islas de Canaria, publicada casi un siglo después en 1687, nos sintetiza de esta manera: 
    [...]  la armada de Francisco Drac yngles 30 navios de a mas de 500 toneladas venían todas sus lanchas llenas de gente a saltar en la plaia de Santa Catalina tan temprano y de repente, que en aiunas el gobernador y vecinos le salieron a resistir, y por tres veses con las piesas de campo y arcabusería las retiraron valerosamente aiudando los dos fuertes La Luz y Santa Anna. Después de dos horas de combate vinieron los navios a ponerse frontero de la ciudad onde se havia en los saltaderos ya hecho muchos reparos estuvieronse todo aquel dia a la vista voltejeando, y las lanchas andavan de unos a otros navios, y ia cerca de noche las recojieron, y navegaron la vuelta del sur, y puestas espias descubrieron gran número de enemigos que hacia aguada en el Ganeguin y cinco pastores avisados de las espias, que iban a la ciudad acometen de repente huien las lanchas deriscanse muchos ingleses y apricionan dos de ellos, que ante el gobernador dixeron ser el Drac, que pasaba a las Yndias.

Golden Hind, nave de Drake con la que circunnavegó La Tierra.
Calculaba Drake tomar Las Palmas, defendida por apenas 1.000 hombres, la mayoría milicias civiles en cuestión de cuatro horas, pero los defensores rechazaron sin dificultad el primer desembarco. Con 40 muertos y numerosos heridos, Drake que supuso que iba a ser una empresa fácil, desiste del ataque y se retira al sur a realizar la aguada.

Los ataques de Drake y Van der Does y su paso por Canarias,  de los más importantes sufridos en el archipiélago fueron recogidos por todos los historiadores de las Islas y documentados posteriormente en 1947 por el historiador y catedrático Antonio Rumeu de Armas que hace un exhaustivo análisis de los hechos. En su obra Piraterías y Ataques Navales contra las Islas Canarias, realiza el relato más documentado y detallado de esta historia (y en general sobre toda la piratería en Canarias desde los siglos XV al XVII), recopilando multitud de fuentes.

Centrándonos en el objetivo de este artículo, en referencia al paso por el sur de Gran Canaria de la armada inglesa, Rumeu nos cuenta el episodio de la siguiente manera: (Tomo II 2ª Parte (1)  pag. 720-723):

En las primeras horas del amanecer, visto que el enemigo había desaparecido por completo, el gobernador y capitán general Alonso de Alvarado se dirigió al frente de sus tropas, haciendo triunfal entrada en la ciudad.

Allí tuvo conocimiento de que por la noche unos campesinos habían visto navegar a la armada con los faroles encendidos con rumbo probable a la bahía de Gando. El teniente y sargento mayor se encargaron de cumplir las órdenes de Alvarado; eran éstas las siguientes: las cuatro compañías de Telde y Agüimes, y un capitán de caballos con 16 jinetes, marcharían inmediatamente a defender cualquier intento de desembarco de la armada, y seis soldados de la compañía de Agüimes irían siguiendo su navegación por la costa para si desembarcaban a tomar leña o agua poderles coger algún prisionero que diese cuenta del origen y propósitos de aquella armada.

El domingo 8 de octubre Francisco Drake dio fondo con sus naves en la rada de Arguineguín, a 14 o 15 leguas de la ciudad. Drake desembarcó con 500 hombres de tripulación, hizo levantar una espaciosa tienda y pasó aquel día en tierra entregado al descanso y al disfrute de las delicias del otoño canario. Los “ingleses estaban holgándose con mussicas”, añade un testigo presencial de la escena (126)
   
A todo esto, los seis soldados canarios,  los que se habían unido número aproximado de pastores y campesinos, andaban escondidos, valiéndose de la aspereza del terreno, sin perder de vista los movimientos del inglés. Hizo la casualidad, que por haber subido la mar un capitán inglés llamado “Gremiston”, que iba en un batel con diez soldados , viniese  a desembarcar algo alejado del lugar donde estaba Francisco Drake con los suyos. No encontraron mejor ocasión los canarios, y dando pruebas inequívocas de su legítima ascendencia aborigen, cayeron como tromba sobre ellos y en pocos minutos, a golpes y palos, dejaron a nueve tendidos en tierra y huyeron con dos     prisioneros . Entre los muertos hallábase el sargento mayor y capitán Grimston, gran amigo de Drake, quien experimentó extraordinario sentimiento por su muerte (128).

Después vino también huyendo a nado un polaco llamado Gaspar Ham,  y los tres fueron reclamados por la Audiencia para tomarles declaración, cuando eran conducidos a presencia del capitán general Alvarado.

Por ellos se tuvo noticia de que la armada había partido de las costas inglesas hacía treinta días, al mando de sir Francis Drake y de John Hawkins, con el propósito de apoderarse de la isla y abastecerse de vino y de todo lo demás que hallase, saqueándola de paso; que iban en ella 3.000 hombres, de los que habían muerto 40 el día del ataque, sin contar los otros nueve de Arguineguín; que cinco naves habían sufrido grandes desperfectos, quedando una de ellos casi inservible, y, por último, que se dirigían a América con objeto de atacar los puertos antillanos.

En cuanto tuvo noticia don Alonso de Alvarado de ello, ante la imposibilidad material de avisar desde la isla a las Indias, por no hallarse en el puerto ningún navío pronto a zarpar para las mismas, dio cuenta de ello a la de Tenerife y La Palma, para que lo hiciesen a la mayor brevedad, como efectivamente se realizó, primero por la de La Palma, y después por Tenerife, previniendo a los puertos americanos del ataque del temido corsario.
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(126, 128) Biblioteca Pública de Ginebra: Colección Favré: “Relación del sucesso que se tuvo en la ysla de Canaria en el acometimiento que a ella hico la armada ynglessa en que venían por generales Juan Acles y Francisco Draque”.
Hemos intentado localizar esta “Relación” que cita Rumeu, donde parece que hay más información sobre la estancia en Arguineguín pero no hemos podido hacernos con ella.

Después de los sucesos guerreros citados, casi todos los “hidalgos” isleños que en ellos se destacaron, tuvieron buen cuidado de hacer informes de  los servicios prestados. Es por ello que tenemos muchos testimonios de los hechos. Néstor Álamo publica  en 1932 en Revista de Historia, un artículo titulado Drake y Van der Doez en Gran Canaria donde se exponen los informes hechos  a instancias del Teniente y Licenciado Antonio de Pamochamoso, segundo del Gobernador Alvarado durante los ataques de Drake y Van der Does, con una recopilación de testimonios de distintos testigos ante notario donde se relata todo el ataque.


Punta del Perchel y El Pajar de Santa Agueda, donde se situaba el antiguo poblado aborigen de Arguineguín. 1925-30. Foto: Teodoro Maisch. FEDAC.
En cuanto a los hechos de Arguineguín, tenemos el testimonio de siete testigos, del que citaremos dos:

Testigo nº 2. Bernardino de San Juan, Capitán a guerra y regidor perpetuo de la isla (pág 95): 

Por orden de los señores de la audiencia el dho. Señor governador y capitán gral y el dho tiniente fueron algunos hombres de la compañía de aguimes a la vuelta del puerto de arganeguin mui tras desta isla adonde se entendio que yria a Parar la da. Armada y se juntaron con otros apañadores y honce hombres de los que fueron mas adelante y los apañadores arremetieron a la gente de una lancha que auia saltado en tierra y matando y hiriendo algunos prendieron a dos yingleses que truxeron a esta ciudad de los cuales supo que armada era y quen eran los generales que fue cosa ymportante y saber donde yban para ymbiar aviso a las yndias y a su magd.
Testigo nº 5. Capitán de Infantería, Andrés de Betancor vecino de la ciudad de Telde. (Pag 182 -183)
[...]  se tuvo por entendido que yba la buelta del sur hazia el puerto de arganeguin a donde suelen surgir de ordinario y el dho. theniente aquella mañana proueyó a toda la ge. de los pueblos j a la conpañia deste t.° y a las demás de telde bastimento y trato con este t.° y el dho. capitán y cabo Jusefe hernandes que convenía inbiar alguna gente suelta qe fuese a el dho. puerto de arganeguin que es más de doce o catorce leguas de agrio camino atrabesando la sierra y parescio convenia para reconosser que armada y que gente Era y ver si podian tomar algun hombre para saver el disinjo y asi por orden de el dho. Tenjente y tanbien Entendio q. lo comunico con el señor Regente y fueron seis hombres sueltos los quales se Encontraron con cinco apañadores y todos onze En el dho. puesto de argeneguin donde estava surta toda la armada y la gente En tierra arremetieron con honze ingleses que vieron un poco apartados y prendieron dos que truxeron a esta ciudad que dieron razón ser armada jnglesa y que jba a jndias y que Era general franc.° draque y los nueve dellos mataron y dellos derriscaron según se supo todo lo qual el dho. señor tenjente es digno de que su mgd. le haga merced.
Bahía de Santa Agueda, El Pajar, con Lomo Galeón al fondo.1940. FEDAC
Hemos expuesto dos testimonios, pues el resto vienen a contar casi lo mismo. Para  el posterior análisis,  de los siete testigos, dos no hacen referencia a como fue el suceso de Arguineguín, uno  dice que “arremetieron a la gente de una lacha que había saltado a tierra” como describe en parte Rumeu y finalmente cuatro testigos  aseguran que “acometieron a 11 ingleses que vieron un poco apartados”, prendieron a dos y el resto los mataron o murieron mientras huían desriscándose, lo que difiere de la historia como tradicionalmente se conoce, según la obra de Rumeu de Armas.

Una aclaración, cuando nombran a cinco “apañadores” se refieren a pastores que realizan apañadas, acostumbrados a moverse por terrenos abruptos con el garrote del pastor y a utilizar este para defenderse. En Agüimes las apañadas se realizaban en Amurga (parte del Agüimes de aquella época), por lo que los pastores se podrían haber incorporado a la expedición desde este territorio, además de pertenecer también a las milicias de Agüimes.

Vamos a conocer las fuentes inglesas sobre los hechos, siendo la  más importante la narración de Thomas Maynarde, uno de los capitanes de la expedición, titulada Sir Francis Drake his voyage, 1595. Together with the Spanish account of Drake´s attack on Puerto Rico, publicada en Londres en 1849. En las páginas 7 y 8 describe fugazmente el episodio. El texto está en inglés antiguo y nos hemos atrevido con nuestro modesto inglés a traducirlo, a riesgo de cometer algún error:

Sir Francis spent much time in seekinge out the fittest place to land; the enemie therby gaininge time to drawe theyr forces in rediness to impeach our approach. At length we puttinge for the shore in our boats an pinnaces, found a greet seege and such power of men to encounter us, that it was then thought  it would hazarde the whole action if we should give further upon it, wherupon we returned without recevinge or doinge any harme worthy the writinge; but, undoubtedly, had we lanced under the forte at our first cominge to anchor, we had put fayre to be possessors of the towne, for delayes gave the enemie greate stomackes and daunted our owne; and it beinge the first service our new men were brought into, it was to be doubted they would prove the worse the whole jorney followinge.

We presently wayed hence and came to anchor the twentyseventh at the west south west part of the islande, where we watered. Here Captain Grimstone, one of the twelve captaines for lande, was slaine by the mountainors, with his boy and a surgeon.
Y la traducción:
Sir Francis dedicó mucho tiempo en la búsqueda del lugar más apto para el desembarco; el enemigo ganó tiempo para juntar sus fuerzas estando prevenidos para impedir nuestra aproximación. Al fin realizamos el desembarco en la orilla en nuestros botes y pinazas, encontrando una gran resistencia y tal cantidad de hombres venían a nuestro encuentro que se pensó que era demasiado arriesgado si continuábamos con el desembarco, con lo cual regresamos sin hacer o recibir daño que mereciera mencionarse, pero sin duda  si hubiéramos atacado el Castillo desde el principio, hubiéramos podido confiar en ser poseedores de la ciudad, el retraso dio al enemigo soporte y nos perjudicó a nosotros; y siendo el primer servicio al que nuestros nuevos hombres fueron llevados, indudablemente sería demostrado duramente en siguientes combates. 

Continuamos nuestro viaje y seguidamente anclamos el 27  en el ESE de la isla donde hicimos aguada. Aquí el Capitán Grimstone, uno de los doce capitanes por desembarcar, fue asesinado por los montañeros, con su grumete y un cirujano.
Todavía tenemos otra fuente, Julian S Corbett que en 1899 publica en Londres una obra titulada Drake and the Tudor Navy, sobre los viajes de Drake, recopilando amplitud de fuentes. En el Tomo II, pág. 388 nos relata el episodio:
The same evening the fleet was taken round to the lee side of the island, where it proceeded to water without iterruption. Even here ill luck followed them. For a captain and a party of soldiers who had wandered too far inland were cut off and killed or captured to a man.
La misma tarde la flota costeó a sotavento de la isla, donde se procedió a hacer la aguada sin interrupción. Incluso en este caso la mala suerte los siguió. Para un capitán y un grupo de soldados que se habían alejado demasiado tierra adentro, fueron interceptados y asesinados, siendo capturado un hombre.
Vemos diferencias, según la fuente sea inglesa o española, siendo normal, porque como sabemos en las guerras los hechos se engrandecen o se minimizan en función de cómo haya ido la batalla a cada parte. Lo primero que nos llama la atención es que para los ingleses el anclaje en Arguineguín es el 27 de septiembre, mientras que para los españoles es el domingo, 8 de octubre.  Esto es así porque los ingleses seguían el calendario juliano, mientras que los españoles habían cambiado en 1582 al calendario gregoriano, sumándose 10 días al calendario del momento. Gran Bretaña seguía con ese desfase de 10 días  hasta 1752, fecha en la que adoptó el nuevo calendario.

El Pajar y Lomo Galeón. 1965. Foto: Nieves Sánchez. FEDAC

Volviendo a los hechos, vemos que el gobernador Alvarado, ordena a seis milicianos de la compañía de Agüimes seguir a la Armada. Esta compañía estaba compuesta por todos los hombres, capaces de portar armas, de Ingenio, Agüimes, Sardina y Aldea Blanca. A estos seis se les unen otros cinco pastores o “apañadores” que encuentran durante el camino.

Creemos que el desembarco tuvo lugar en la Bahía de Santa Águeda, donde hoy está El Pajar (Arguineguín) y antiguamente se situaba un poblado aborigen. Según Torriani en esos mismos años, el lugar era un punto de desembarco.

Los 11 milicianos, probablemente acechaban en la montaña junto a la playa, llamada Lomo Galeón posiblemente por estos hechos,  esperando la oportunidad y esta surge cuando un grupo de ingleses  se aleja del campamento y sube a la montaña. Aquí los pastores y milicianos arremeten contra ellos, capturando dos prisioneros y matando al resto o muriendo estos mientras huían “desriscándose”, según las fuentes españolas. Para los ingleses los atacantes eran “montañeros”, por lo que la acción se desarrolló en el monte, muriendo el capitán, un cirujano y un grumete.

Por último, pensamos que este grupo de milicianos del sur, son los que realizan una de las acciones más meritorias,  como es la de  coger dos prisioneros que proporcionan la información más importante, para después transmitirla a los puertos del Caribe, ya que gracias a ello se encontraran preparados para rechazar a Drake, quitando la ventaja más importante en estos ataques: la sorpresa.

Portada original La Dragontea.

Es una pena que no conozcamos los nombres de estos pastores y milicianos del sur, puesto que como suele suceder, los “hidalgos”, las personas de alcurnia e influencia si que hicieron valer sus méritos en esta batalla para luego obtener títulos y prebendas, pero de ellos, que arriesgaron su vida en esta acción, no conocemos nada.

Finalmente Lope de Vega, uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español, dedicó un poema épico al último viaje de Drake, titulado La Dragontea, donde nos relata la escena de Arguineguín, en los siguientes términos:
Cinco leguas corrió más adelante:
mas no hay remedio, aunque la Isla ciña,
para sus pretensiones importante,
por más que sus montañas escudriña.
Determinóse a hacer agua bastante,
y veinte ingleses pone en la campiña
que llaman los isleños Melenara,   (Lope la confunde con Arguineguín)
pero vendióse el agua allí muy cara.

Que ciertos ganaderos que a sus dueños
guardaron más el agua que las reses,
ya con tejidas hondas, ya con leños
como troncos de pinos o cipreses,
prueban los brazos rústicos isleños
en los soldados míseros ingleses,
como ministros de la yunque en fragua
haciéndoles llevar sangre por agua.
Que como no eran de David soldados,
ni la cisterna de Belén aquella,
quedaron en el campo destrozados
sin llevar al Dragón el agua della     
a cual deja los sesos machucados
la voladera piedra, que con ella
 no hiciera más extraña batería
el pedrero mejor de artillería.
Hinchan los nervios de los fuertes brazos,
y con rústica voz escaramuzan,
dividiendo los cuerpos en pedazos,
las piernas quiebran y las caras cruzan.
Al que por su desdicha viene a brazos,
Cruxiéndole los huesos desmenuzan,
y allí se vio que al fin de tantos robos
mueren a manos del pastor los lobos.
Como suele quedar, después que ha sido
acabada la fiesta de los toros:
éste desjarretado, aquél tendido,
vertiendo sangre los abiertos poros,
ansí en el campo el esquadrón herido
miraba el vencedor riendo a coros;
porque de veinte a los catorce tienden,
y de seis que quedaban, los tres prenden.
Que los huidos se arrojaron luego
De aquellos riscos al tormento eterno,
Que aun en la mar vencidos, se dan fuego
y se van a gozar el del infierno.
El Draque entonces, de corage ciego,
no le sonando muy alegre y tierno
de los canarios el presente canto,
arrojóse a la mar trocado en llanto.
Por tanto esperamos con este artículo haber difundido este importante hecho de armas de nuestra historia y aportado nuevos datos que nos ayudan  a aclarar como se pudo haber desarrollado la historia.

BIBLIOGRAFÍA.

ÁLAMO, Néstor: Drake y Van der Doez en Gran Canaria. 1932. Revista de Historia. Tomo 5, Año 9, nº 35-36 pags. 75-100. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna.
 

CORBETT, Julian Stafford: Drake and the Tudor navy, with a history of the rise of England as a maritime power. Longmans, Green and Co. Londres 1917.

MARIN DE CUBAS, Tomás: Historia de las siete islas de Canaria. 1986. Real Sociedad Económica de Amigos del País (Las Palmas GC).

MAYNARDE, Thomas (1595); COOLEY, William Desborough (1849): Sir Francis Drake his voyage, 1595. Togueter with the Spanish account of Drake´s attack on Puerto Rico.  Hakluyt Society. Edición de Willian Desborough Cocley. Londres, 1883. 

NUEZ CABALLERO, Sebastian: Las Canarias en la obra de Lope de Vega. 1964. Anuario de Estudios Atlánticos, n.º 10. Madrid, Las Palmas. Cabildo Insular de Gran Canaria.

RUMEU DE ARMAS, Antonio: Piraterías y Ataques Navales contra las Islas Canarias. 1947. Editorial Instituto Jerónimo Zurita. 3 tomos.

VEGA CARPIO, Lope Félix de: (1965): Obras completas de Lope de Vega. Edición de Joaquín de Entrambasaguas. Madrid. CSIC.

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