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Recreación del Santuario del Alto del Garajonay. Mederos Martín. |
PABLO GUEDES GONZÁLEZ
Continuamos con este artículo, aportando más argumentación a nuestra hipótesis, que defendemos desde 2010, de que Amurga era Umiaga/Amago, el principal santuario de los antiguos canarios, y que Mña. Tabaibas, en la costa de este macizo, era la montaña sagrada, que se constituía en el gran centro de peregrinación y religiosidad indígena, a donde se dirigían los canarios en momentos especiales de su calendario.
La primera parte de nuestra hipótesis, se confirmó en 2019 al descubrirse la ubicación del topónimo Umiaga, en la parte norte de Amurga, según documentos antiguos del Archivo Parroquial de Tunte. A lo largo de los años, hemos ido aportando más conocimientos a nuestra fundamentación, entre los que queremos destacar el descubrimiento de lo que podría ser la misma costumbre aquí, y en Marruecos, de delimitar los santuarios con mojones de piedra, a partir de los cuales se tenía inmunidad, donde tenían refugio los delincuentes y no se hacía la guerra (Westermarck, 1926).
En este artículo, seguimos aportando más conocimiento, que refuerza lo que venimos defendiendo: Mña. Tabaibas, era el gran centro religioso y de peregrinación de los antiguos canarios, el centro de su mundo, su Axis Mundi. Podríamos estar equivocados en alguno de nuestros planteamientos, pero creemos que la suma abrumadora del resto de argumentos a su favor, descartaría las otras propuestas realizadas hasta el momento: Risco Blanco, Cuatro Puertas, Fortaleza de Sta. Lucía y Fortaleza de Amurga, considerando altamente improbable el que puedan aparecer otros candidatos.
En otras palabras, no es casualidad el que hayan tantos argumentos a favor de la hipótesis y que apunten en la misma dirección: la casualidad no existe. Se debe a la causalidad, la base del pensamiento científico. Los argumentos son la causa y todo sucede por algo, todo tiene un motivo. Blanco y en botella, puede ser tanto leche como cualquier otra cosa, pero blanco, en botella, en la nevera, y con etiqueta de “leche” (o de "Umiaga", en nuestro caso, localizado ya en Amurga), ..., el 99´99% de las veces es leche.
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Restos en Mña. Tabaibas: muralla y lo que podrían ser la capilla y el altar de sacrificios. Beneharo López |
Primeramente, vamos a exponer los dos textos claves, que describen al monte sagrado de Tirajana, el Umiaga/Amago de los textos etnohistóricos, que se situaba según las descripciones, en un macizo montañoso donde había un santuario de unos 11 o 12 km de extensión ("en redondo"), delimitado por mojones o torretas de piedra, que confinaba con el mar y que tenia a esta montaña, sobresaliente y destacada en el paisaje, visible desde puntos muy lejanos.
Amurga, es el único macizo que cumple con esas descripciones en Tirajana, (solo hay dos posibilidades: Amurga y Pilancones) y creemos que la montaña sagrada es Mña. de Las Tabaibas, fundamentalmente por el gran cerco de piedras, que bordea su cumbre (460 m de perímetro, 175 m largo x 100 m ancho), y también, por los restos o estructuras que encontramos en la misma, como veremos.
El dos de agosto de 1479, tiene lugar, la Batalla de Tirajana, en una incursión castellana de 400 hombres al monte sagrado. Los castellanos estaban al mando del corsario Pedro Hernández Cabrón, y con él venían el obispo Frías y Hernan Peraza, hijo de Diego de Herrera, señor de las islas y perfecto conocedor de esta comarca, por haber efectuado al menos, otras dos incursiones a la misma zona. A raíz de los hechos, el cronista de los Reyes Católicos, Alonso de Palencia (1491), nos describe la cumbre del monte:
… En ambas partes [Thirma y Tirajana] se alzaba un templo bien equipado para sus supersticiones. Suben los nuestros a la cumbre del monte. En el cuerpo de guardia del templo, construido a manera de un castillo con toda clase de fortificaciones, [...] Los nuestros [...] destruyen el templo incendiándo...
El historiador y médico teldense, Marín de Cubas (1687, 1694), nos hace la mejor descripción del monte sagrado de Tirajana, que él llamaba Umiaga y que los cronistas de la Conquista, citaban como Amago (Escudero, 1639; Matritense, c.1542; y muy probablemente la desaparecida Crónica Madre, c.152?):
… El maior adoratorio onde hacian romerias era Almogaren de Jumiaga, que era una cassa de piedra sobre un alto risco en Tirajana [...] aun alli hay tres braseros [más adelante cita «tres anafes», especie de hornillos pequeños], de cantos grandes onde quemaban de todos frutos menos carne, y por el humo si iba derecho o ladeado hazian su aguero puestos sobre un paredon a modo de altar de grandes piedras [puede interpretarse como una gran estructura de piedra en la que en su parte superior había tres zonas de fuegos], y enlosado lo alto del monte, y a quedado una como capilla1 y sacarrones2 dentro todo de una gran cerca de piedras mui grandes, y es el risco el mas descollado de todos aquellos citios...
1 Capilla: Creemos que en función del contexto, con el significado de “Bóveda subterránea donde algunos pueblos antiguos conservaban sus cadáveres”.
2 Sacarrones: Según el DRAE de 1739, la expresión se usaba para nombrar “los huesos de Mahoma como reliquias que visitaban los moros en la Meca”, de forma despectiva, por superstición de una religión opuesta. Por lo que aquí, se debe referir Marín, a momias de personajes importantes, por los que iban los canarios en peregrinación a estos santuarios (de igual manera que se hace y hacía a los morabitos o santuarios de Marruecos, parte importante de la religión amazigh).
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Estructura que podría ser el pireo o ara donde se situaban los tres braseros. Jonay García. |
Marín básicamente nos habla de «el risco mas descollado» de la comarca, un gran cerco o muralla de piedras rodeando la cima, una casa de piedra (de pequeño tamaño, si hacemos caso a otras descripciones), y una capilla, posiblemente una cueva, con los restos momificados de personajes importantes, motivo de la peregrinación al monte, siendo la misma costumbre que la de las tribus amazighs en sus peregrinaciones a sus lugares santos o morabitos, muy arraigada en Marruecos.
Junto a ello, Marín nos describe un altar o ara de sacrificios, constituido por «tres braseros de cantos grandes» situados sobre un «paredón», y todo ello enlosado y rodeado por la muralla. A la hora de analizar el significado del texto, nos hemos percatado de que Marín nos habla también de estos tres braseros, como «tres anafes» (Marín de Cubas (1936 [1687]), p. 201, fol. 81v.), lo que no ha sido citado, que sepamos, por ningún otro investigador, que haya tratado el tema. Esto es lo que nos transmite:
Vemos como los tres braceros se transforman en tres anafes, y también vemos un nuevo nombre para el santuario de Tirajana: ‘Almogarén’, y uno de los motivos de la peregrinación a estos santuarios: el culto a los restos de los ancestros, santones o personajes importantes, al mismo modo que a los morabitos en África ya citados. Si seguimos el ejemplo de África, es a estos santones a quién se realiza la ofrenda, o a los espíritus de los ancestros en general, que Marín llama magos, majos o magios. Según lo que interpretamos de este historiador, son estos magios los que indican a la Comunidad, los presagios o augurios sobre lo que habría de venir, a partir de determinadas señales: la dirección del humo, la forma de las nubes, vientos, remolinos, etc.
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Pireo en La Gomera, en la cima de un roque. Mederos Martín. |
En este sentido, nos describe Escudero (transcrito por Marín de Cubas):
Parece que por lo que los maxoreros i canarios creían, admitían la inmortalidad de el alma, que no sabían luego explicar. Tenían los de Lançarote y Fuerte Ventura unos lugares o cuebas a modo de templos, onde hacían sacrificios o agüeros […] onde haciendo humo de ciertas cosas de comer, que eran de los diesmos, quemándolos tomaban agüero en lo que hauían de emprender mirando a el jumo, i dicen que llamaban a los Majos que eran los spíritus de sus antepasados que andaban por los mares Y uenían allí a darles aviso quando los llamaban, i éstos i todos los isleños llamaban encantados, i dicen que los veían en forma de nuuecitas a las orillas de el mar, los días maiores de el año, quando hacían grandes fiestas [...] veíanlos a la madrugada el día de el maior apartamento de el sol en el signo de Cáncer [solsticio de verano].
Escudero nos dice que los majos, los espíritus de los ancestros, se manifestaban en forma de “nubecitas” y que cuando aparecían en la madrugada del solsticio de verano, en función de su apariencia o forma, les servían de pronóstico de lo que habría que venir para el siguiente año. Esto, lo corrobora también Marín:
Los canarios llamaban encantados a ciertos nublados o vapores levantados de los arroyos orillas de el mar a la parte del sur de esta isla de Canaria, que a la verdad duran por tres horas salido el sol, unos hacen forma de torres, navíos, hombres a caballo, ejércitos de a pie, y conforme corre el viento norte o noroeste [noreste, pues se debe referir al alisio] en tiempos de otoño [creemos que errata y se debe referir al verano, cuando es habitual, y en las fechas del solsticio, corroborado en otras partes del texto], que se recogen allí al sotavento de los montes: lo mismo es como causa natural en los ríos, y demás partes donde hay humedades, y vapores. Prognosticaban la abundancia o esterilidad del año o las mudanzas de su gobierno, u otras adivinaciones, y según estos encantamientos hubo de nacer de ellos el desir, que otra isla en este paraje de las Canarias andaba oculta de la cual ni historiador, ni geógrafo nos da tal noticia.
Y en este texto, Marín nos señala directamente al sur de la isla de Gran Canaria, muy probablemente a la comarca de Mña Tabaibas y Amurga, donde se produce la zona de confluencias de vientos y calmas de la isla, como describe. En este área, es donde habitualmente se forman unas nubes que toman caprichosas formas, según las rachas y la dirección del viento, que incluso tienen nombre: “pies de embate”, como son llamadas por los lugareños. Y también nos describe una isla oculta, que debía de tener bastante importancia para los canarios, que probablemente se debe referir a la isla de Fuerteventura, visible desde esta comarca, solo en diversas situaciones especiales en función de la climatología (en los días muy claros que suelen preceder a la lluvia), y de la que tenemos un alineamiento, en el yacimiento de El Coronadero, junto a Mña. Tabaibas.
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Nublado o "Pie de Embate" sobre Mña. Tabaibas. Manuel Rivero. |
Podemos interpretar, en función de lo que nos cuentan las fuentes etnohistóricas, que por el mar y desde el Este, vinieron sus antepasados, sus ancestros, sus majos. Y en algunos de esos lugares del mar, importantes en su cosmogonía, se les aparecían esos majos en forma de «nublados» o de otros fenómenos de la naturaleza. Y en determinadas fechas muy especiales (solsticio de verano), los llamaban y había una comunicación con ellos, ofreciéndoles sacrificios en los pireos o aras de sacrificio, en cazoletas y también y posiblemente, de otras formas (suicidios rituales), a lo que los espíritus o majos respondían, según sus creencias, por medio de las formas de las nubes o de fenómenos naturales extraordinarios, que eran interpretados como respuestas a sus plegarias y determinaban decisiones de lo que había que hacer en el siguiente ciclo anual.
El mar (donde aparecen los magios), los referentes en el horizonte marino y fundamentalmente el cielo, parece que también formaban parte importante de sus creencias. Como sucedía en otras islas, (por ejemplo desde Tindaya), la visión de una isla en el horizonte, sobre todo relacionada con el sol u otro astro, en momentos claves del calendario, podría suponer una hierofanía muy relevante para los canarios.
Continuando con los anafes, estos son una especie de hornillos más pequeños, lo que nos lleva a interpretar a partir del texto de Marín, que en la misma estructura o ara de sacrificios, había tres zonas de fuegos, lo que se parece mucho a los restos que encontramos en la cima del monte del Garajonay en La Gomera (ver fotos adjuntas), constituidas por un armazón general y pequeños receptáculos en su interior donde se realizaba la combustión. Marín describe, a lo que en la literatura arqueológica se ha definido como pireo, una estructura donde los canarios hacían sacrificios, quemando animales o vegetales (frutos como describe Marín) y en función de la dirección del humo del sacrificio, interpretaban si la ofrenda era aceptada o rechazada por estos entes: magios o genios, y a raíz de ello, hacían sus vaticinios o predicciones, sobre lo que habría de venir.
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Plano de la estructura "C" del Garajonay (la recreación del principio), donde vemos dos cavidades de combustión o pireos, que son los de la imagen de la derecha. Mederos Martín. |
En Mña. Tabaibas, tenemos una estructura con tendencia circular, derrumbada o destruida, situada en lo que podríamos describir como «sobre un paredón a modo de altar de grandes piedras», que pudiera ser ese altar o ara de sacrificios descrito por Marín, con muchas similitudes a los que vemos en La Gomera.
El ara de sacrificios o pireo, es la estructura ceremonial predominante en La Gomera, con cerca de 400 unidades lo que destaca con respecto al resto del Archipiélago. En El Hierro existen unas 30, y hasta el momento se han descubierto unas pocas en Fuerteventura (Tindaya) y en Gran Canaria (Hogarzales, El Cedro y La Fortaleza). En Tenerife tenemos las referencias del médico Bethencourt Afonso, a finales del s. XIX.
El mayor experto en los pireos de La Gomera, es el arqueólogo Juan F. Navarro Mederos, que además realizó la excavación del yacimiento del Garajonay. Navarro, nos habla de un tipo de pireo exclusivo, hasta el momento, en La Gomera, de mayor tamaño que otros, con planta oval o cuadrangular, y con varias cavidades de combustión en su interior. Describe las dos estructuras más destacadas de este tipo, situadas en lo alto del Garajonay. La primera de ellas, la estructura A está en la parte sur, ligeramente por debajo de la cima:
… es
una construcción de aspecto tumular de 13 x 7 m, cuya superficie
está dividida en dos terrazas por un pequeño escalón, la más alta
está en el lado norte o de barlovento y [la inferior,] una
plataforma de piedras suficientemente estable [¿enlosada?] como para
deambular sobre ella, con su perímetro delimitado por grandes
bloques y que alberga encima de ella, varios pireos simples ubicados a
sotavento.
Sigue Mederos describiendo la estructura C, situada en la cima, en la cota más alta de La Gomera, que se corresponde con la primera imagen del artículo (recreación):
Es una plataforma circular delimitada por grandes bloques de piedra de hasta 130 cm, en cuyo centro se superpone una plataforma más pequeña de 30 cm de alto, la cual contiene un pireo, mientras que en la parte sur hay dos pireos gemelos correspondientes a la última modificación de la construcción.
Nótese, que las dos descripciones se asemejan bastante a lo descrito por Marín de Cubas para Umiaga y a su vez, se podría parecer a la situación previa, antes de su destrucción o deterioro, de las estructuras que vemos actualmente en Mña. Tabaibas. Allí, creemos que había una plataforma de piedras enlosada a la altura de la cueva con una construcción (la pequeña casa) y junto a ella el gran ara de sacrificios, una estructura de piedras de tendencia circular (paredón) que llegaba a mayor altura, de lo que solo queda en pie las primeras hiladas de piedra, y en la parte superior, estarían los tres focos de combustión.
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Estructura "A" del Garajonay. Mederos Martín. |
Continua Mederos, describiendo estos espacios, expresando que «no dudamos en referirnos a ellos como santuarios», con las siguientes características: «1) altitud dominante respecto al entorno; 2) ubicación junto al abismo; 3) dominio visual sobre el territorio; 4) intervisibilidad con otros conjuntos análogos».
Nosotros vemos estas características en el hipotético pireo o ara de sacrificios de Mña. de Las Tabaibas. Pero además, nos damos cuenta de otra nueva característica, que debía tener mucha importancia, y que además posiblemente la tuvieran las aras de La Gomera (situadas fundamentalmente en la parte sur de la isla): se localizan en la zona de confluencias de los vientos alisios, con las calmas de la isla o en las mismas calmas. Ello es lógico, si se quiere que el humo del sacrificio, pueda subir con incertidumbre en su dirección, en función de los caprichos del viento, puesto que si se situaran en la zona del alisio, siempre llevarían la misma dirección.
Además de ello, Mederos señala «que el santuario de Garajonay se situaba en la montaña más alta de la isla (1487 m.s.n.m.), y que era refugio de los gomeros en momentos de peligro sin que tuviera condiciones defensivas [para ello], por lo que probablemente era suelo sagrado como los de Gran Canaria», por lo que como cree este investigador, vemos otra similitud de los santuarios amazighs, tanto en Marruecos como en Canarias: en sus límites no se hace la guerra y existe el derecho de asilo.
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Cavidades de combustión, estructura "A". Mederos Martín. |
Montaña de las Tabaibas, tiene un muro que bordea su perímetro, pero está muy lejos, de tener una utilidad defensiva: por su escasa altura, que hace que se pueda rebasar fácilmente y por no ser un roque infranqueable al estilo, por ejemplo, del Bentaiga o de las Fortalezas de Sta. Lucía o de Amurga, claramente fortalezas defensivas, en las que se refugiaron los canarios en los momentos de la Conquista de la isla.
Siguiendo con las similitudes entre los santuarios gomeros, los canarios y los del norte de África, Mederos nos dice que los lugares sagrados se situaban en «elevaciones prominentes y con marcadas connotaciones hierofánicas, hitos destacados del paisaje con especiales condiciones de visualidad y visibilidad, presidiendo en su entorno inmediato grandes necrópolis». Lo que concuerda con las descripciones para Umiaga y sus «sepulchros», y para Montaña de las Tabaibas, montaña destacada y omnipresente en la comarca sureste de la isla, visible desde Gando. En las faldas de Las Tabaibas, vemos también, distintas cuevas, que por sus características, muy posiblemente tuvieran una finalidad de enterramiento. A su vez, la posible necrópolis que nos describe el comisario Jiménez Sánchez, en su visita a esta montaña en 1952, situándola en la falda norte en el llano de la Majadilla de Berriel, junto a la “pequeña casa canaria”, con cerco de piedras adosado. En África, es costumbre que junto a la tumba del santón, se erija un cementerio.
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Material hallado en la cueva, supuesta capilla, por Jiménez Sánchez en 1952. Jiménez S. |
Por último, nos describe Navarro Mederos:
La Industria lítica aparece abundantemente asociada a estas estructuras, generalmente distribuida por la propia construcción y los alrededores, incluso hay casos en que los utensilios estaban «guardados» en intersticios de la construcción o colocados ordenadamente junto al pireo. Se distinguen entre ellos piezas de gran formato sobre bloques o lascas, aparentemente vinculadas al trabajo de la madera y otras sobre lascas menores o sobre disyunciones columnares, que debieron servir en el proceso de la matanza y despiezado de los animales. Existen pruebas evidentes de talla local, lo que demuestra que algunas piezas fueron fabricadas “in situ”.
Jiménes Sánchez, descubrió en su visita de 1952 a Mña. Tabaibas, dentro de la cueva que creemos la capilla que describe Marín, diversos elementos que coinciden con los de La Gomera: dos machetes naturales atípicos de basalto, un pico o hendidor, un núcleo «con claros efectos de deslasque por percusión» para obtener «tabonillas, raederas, raspadores, cuchillos, etc.», dos raspadores, ocho bruñidores, una especie de cuchara. Elementos, cuya utilidad fundamental, pudiéramos considerar que es la de desollar animales.
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Estructuras derrumbadas/destruidas en la entrada a la cueva, supuesta capilla, vistas desde el supuesto pireo. Jonay García. |
Lo primero que nos llama la atención, cuando visitamos la cumbre de Mña. Tabaibas, es el alto grado de destrucción de todas las estructuras que vemos en la misma, que pudiéramos achacarlo en gran medida, al paso del tiempo, pero también vemos indicios claros de destrucción planificada de algunas estructuras, lo que confirmaría lo descrito en la crónica de Palencia. Esto, lo vemos fundamentalmente en la estructura semicircular que consideramos el pireo, altar o ara de sacrificios, en la que apenas quedan en pie solo la base de las hiladas de piedra.
Observamos lo mismo, en las estructuras cercanas a esta, que rodean a la cueva que consideramos la capilla, en la que vemos muros de piedra derrumbados y restos caídos en el precipicio. Nos damos cuenta, de que en las zonas cercanas a la cueva y al hipotético altar, ha desaparecido la muralla y con ella, la explanada superior que debía situarse encima (¿el enlosado citado?) y posiblemente por allí debía situarse la casa que nombra Marín, que según otras descripciones era de pequeño tamaño.
Otro posible indicio de destrucción, pudiera ser que la cueva/capilla, en la actualidad está llena de escombros, que en algunos casos, pudieran ser indicio de desprendimientos del techo producidos en fechas posteriores a la conquista. Pero, esto no puede ser así porque encontramos en superficie, lajas de fonolita y callaos de playa (la cueva es de toba volcánica), que dudamos de que fueran llevados allí después de los desprendimientos, si fuera este el caso. Ello, junto a la escasa altura de la cueva, que solo permite entrar agachado, nos podría indicar que la cueva fue taponada o rellenada en algún momento, y con el relleno entraron, la fonolita y callaos que vemos en superficie.
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Torreta destruida en Cumbre Alta de Amargar. Pablo Guedes. |
Consideramos muy probable, como describe Palencia, que los castellanos destruyeron todo rastro de la religión indígena, para ellos símbolos paganos y heréticos. Y probablemente, el alto grado de destrucción de este área, con el muro y estructuras derrumbadas y la cueva taponada, pudieran ser indicios de ello. También en el llano de la cumbre, vemos dos mojones que pudieran haber sido destruidos, de la misma forma que los encontramos también, en otras zonas de Amurga (Risgo del Drago, Amargar, La Paredilla).
Como apunte final, queremos incidir en que todo lo aportado en este artículo, suma a lo que ya habíamos argumentado sobre el Santuario de Tirajana. Así, y en resumen, tenemos que la función de mojones de piedra, para delimitar los límites de los santuarios canarios, se confirma en un pleito de principios del XVI. A ello se añade que, según las crónicas, estos santuarios (Tirma y el de Tirajana) se situaban en macizos montañosos especiales, con una extensión de unos once o doce kilómetros “en redondo” y con una referencia descriptiva muy importante: lindaban con el mar. Y el colofón, es que tenemos la confirmación de estos mojones, delimitando una parte de Amurga, por medio de la Carta Arqueológica de SBT, que cuadra perfectamente con las descripciones.
Creemos que Amurga, es el único macizo montañoso en Tirajana, que cumple con todas las características comentadas (el otro macizo: Pilancones, es fácilmente descartable), y es aquí y concretamente en Mña. Tabaibas donde se situaba el lugar más importante de la religiosidad indígena, a donde, a lo largo de buena parte de su historia, iban en peregrinación los antiguos canarios, siendo el centro de su mundo religioso y donde tuvo lugar la Batalla de Tirajana.
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Escombros que taponan la cueva. Jonay García. |
Una vez más, hemos generado nuevo conocimiento sobre el santuario de Tirajana que esperamos sirva para hacer reflexionar sobre su funcionalidad, su situación y su significado para los antiguos canarios, y que todo ello sea tenido en cuenta en la investigación y en las propuestas de protección. Volviendo de nuevo a llamar la atención sobre que, Mña. de Las Tabaibas no cuenta con ningún grado de protección y consecuencia de ello, la muralla del lado noroeste, ya ha sido destruida por la construcción de cuartos para antenas de telecomunicación y de un camino de ascenso a la cumbre.
Paradójicamente, a la destrucción del santuario en 1479, por parte de los castellanos, se suma modernamente, la intencionada destrucción del mismo, por los canarios actuales.
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Vista aérea de la muralla en 1987, sin ninguna alteración. Grafcan. |
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Instalaciones que han alterado el yacimiento. Beneharo López. |
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Vista cenital del área de los supuestos pireo y capilla. Beneharo López. |
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Otra vista del supuesto pireo. Jonay García. |
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Otra vista de la supuesta capilla. Jonay García. |
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Continuación de la muralla a la izquierda de la cueva. Beneharo López. |
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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GUEDES GONZÁLEZ, P. (25 de noviembre de 2010). Amurga, el Santuario Perdido. Amurga, Almuggar, Ilmuggaren. [Mensaje en un blog]. Recuperado de http://historiacastilloromeral.blogspot.com/2010/11/amurga-el-santuario-perdido-amurga.html.
GUEDES GONZÁLEZ, P. (2021). Amurga, el santuario perdido de Tirajana. XXIV Coloquio de Historia Canario-Americana (2020), XXIV-040 http://historiacastilloromeral.blogspot.com/2022/02/amurga-el-santuario-perdido-de-tirajana.html
JIMÉNEZ SÁNCHEZ, S. (1953). «Nuevas estaciones arqueológicas en Gran Canaria y Fuerteventura. Campaña de 1952». Revista Faycán, núm. 3, pp. 24-34.
MARÍN DE CUBAS, T. (1986 [1694]). Historia de las siete islas de Canaria. En CASAÑAS, J; RÉGULO, M. y CUENCA, J. (eds.). LPGC: RSEAPGC.
MARÍN DE CUBAS, T. (1936 [1687]). Historia de las siete islas de Canaria. Transcripción de Miguel Santiago Rodríguez en Madrid de una fotocopia de la copia del manuscrito depositada en El Museo Canario. En Biblioteca Insular de Gran Canaria, signatura MS A57/03(1) R. 668.
MORALES PADRÓN, F. (1978). Canarias: Crónicas de su conquista, Transcripción, estudio y notas. LPGC: Ayto. de Las Palmas-El Museo Canario.
MORENO BENÍTEZ, M. A. y ÁLVAREZ PÉREZ, J. (2020). «De la negación al olvido de los Riscos Sagrados de Umiaya. Apuntes para la recuperación de su memoria». Anuario de Estudios Atlánticos, nº 66, pp. 28-58.
NAVARRO MEDEROS, J. F. y otros (2001). «El diezmo a Orahan: Pireos o aras de sacrificio en la prehistoria de la Gomera (Islas Canarias)». Tabona: Revista de Prehistoria y de Arqueología, ISSN 0213-2818, Nº. 10, 2001, págs. 91-126
NAVARRO MEDEROS, J. F. y otros (2015). «Animales y ritual. Los registros fáunicos de las aras de sacrificio del Alto de Garajonay (La Gomera, Islas Canarias)». Zephyrus: Revista de prehistoria y arqueología, núm. 76, Salamanca, Universidad de Salamanca, pp. 159-179.
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PALENCIA, A. (1970 [1490-91]). «Cuarta Década de Alonso de Palencia». Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 16, pp. 325-394.
WESTERMARCK, E (1926). Ritual And Belief In Morocco. Two Volumes. Editorial: Macmillan and Co., Limited, 1926.
Hola, Pablo. Teníamos pendiente un debate sobre todo este asunto, y para ello te dejé hace tiempo unos comentarios en tu artículo de este blog del 13 de septiembre de 2024, imagino que no te darías cuenta. Te lo notifico en este asunto, por si acaso. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Antonio por tus comentarios y por la disponibilidad para comentar y criticar constructivamente mis planteamientos. Primeramente pedirte disculpas a tí y a los lectores porque como me comentabas es ahora cuando me percaté de los comentarios y por ello no he podido responder antes.
ResponderEliminarSeguro, y como planteo a menudo al final de mis artículos, siempre del debate se obtendrán cosas positivas, también se revisan los planteamientos y probablemente puedan surgir nuevas líneas de investigación, que seguramente reforzaran el conocimiento sobre estos temas y posiblemente en algún momento tengamos la certeza de veracidad de nuestras hipótesis (o no).
También, puede que a algún “profesional”, que de seguro pudiera contar con mayores medios y conocimientos, que nosotros, le pueda interesar el tema, investigue sobre el mismo y dé con la solución definitiva al problema. Sinceramente creo, que estamos a poco de resolver la incógnita y solo falta una investigación oficial mas decidida sobre el mismo, que por otro lado no entiendo porqué no se hace.
Por otro lado, y como expreso en mi último artículo, tantos datos y pruebas que apuntan en la misma dirección, no pueden ser por casualidad, pudiéramos estar equivocados en uno o varios planteamientos, pero dudamos que lo estemos en todos. En otras palabras blanco y en botella, puede ser tanto leche como cualquier otra cosa, pero blanco, en botella, en la nevera, y con etiqueta de “leche” (o de "Umiaga", en nuestro caso, localizado ya en Amurga), ..., el 99´99% de las veces es leche.
Sabiendo que los textos etnohistóricos nos dan muchísimos datos del Santuario de Tirajana y de su montaña sagrada donde se hacían los ritos, aunque desgraciadamente, muchos de ellos sujetos a interpretación y debido a ello nuestro debate, te respondo en el artñiculo del 13 de septiembre que lleva el título ¿POR QUÉ AMAGRO NO PODÍA SER EL NOMBRE DEL SANTUARIO DE TIRAJANA? Y para los lectores interesados aportamos el enlace:
https://historiacastilloromeral.blogspot.com/2024/09/por-que-amagro-no-podia-ser-el-nombre.html
Ponemos la respuesta también aquí, con su título correspondiente:
𝐃𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐚𝐧𝐭𝐮𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐨 𝐧𝐨
ResponderEliminarPor dos fuentes independientes se confirman los dos santuarios: Cronica Madre (c.1520) y Cuarta Década de Palencia (1491). Igualmente Abreu (159?) nos habla de dos santuarios y habla por primera vez de Umiaga (como Umiaya, aunque el término lo vemos por vez primera en 1569 en el Registro Parroquial de Tunte), situándolo en Tirajana, confirmando y ampliando los datos Marín de Cubas (Almogaren de Jumiaga, lo que implica que lo vio con “g” en otro texto y también como Almogarén). Confirmando, ambos igualmente dos santuarios. Igualmente Escudero (transcrito por Marín) nos habla también de dos santuarios
Sabemos que Abreu y Marín obtienen los datos a partir del original de la Crónica Madre (probablemente) y de textos que no nos han llegado pero que pertenecían al Archivo de la Casa de los Herrera, confirmado en las notas marginales de un manuscrito de la crónica de Sedeño del s XVII, donde Marín de Cubas escribe «yo he visto los manuscriptos de Alonso Xaimes Zotomaior [...] y los scritos de Hernan Peraza y los de yerno Diego Herra [sic]». Yo creo que en estos textos es donde Marín obtiene la información clave sobre lo que estamos tratando. Recordemos que Hernan Peraza estuvo en la Batalla de Tirajana y que su padre hizo al menos dos incursiones a esta comarca, además de que debía conocer perfectamente las creencias religiosas de los canarios. Igualmente Abreu Galindo conoció estos textos (probablemente fue el yerno del marqués de Lanzarote, nieto o biznieto de Diego de Herrera) y pudo haber conocido también la obra de Palencia desaparecida donde habla de las creencias de los canarios.
Tenemos también el mapa de Abrahan Cresques de 1375 donde aparecen destacadas dos montañas en la isla de Gran Canaria. Por tanto todo apunta hacia los dos santuarios principales y además en Tirma y Tirajana. Independientemente de ello estamos de acuerdo en la profunda religiosidad de los canarios, que los hacían tener lugares de culto menores en todos lados, los conocidos como almogarenes.
𝐃𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐩𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐨𝐧𝐭𝐞 𝐬𝐚𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐟𝐨𝐫𝐭𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐝𝐨, 𝐩𝐨𝐫 𝐏𝐚𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚
ResponderEliminarAlonso de Palencia además del cronista de los hechos, es parte interesada, así el rey Fernando encomendó a Diego de Merlo y a Palencia la organización de la expedición, pagada por la Iglesia (donaciones del papa). Según Palencia, Diego de Merlo encomienda el mando de la expedición al obispo Frias a lo que Palencia se opone, según el cronista, por su inexperiencia militar y lo describe como “hombre imbécil y nada religioso”. En el texto se denota animadversión contra Frias y sabiendo que posteriormente Frias goza de ascenso en la reina pues esta atiende sus peticiones de defender a los canarios capturados como esclavos, y que a su vez Palencia pierde el favor de la reina. Ello nos puede hacer suponer que los reyes creyeron más la versión del obispo Frias (posiblemente la que nos cuentan Marín y Abreu), que la versión de Hdez. Cabrón (creemos la que cuenta Palencia), en los hechos de la batalla.
Según Palencia, el mando de las tropas castellanas lo llevan Frias, el deán Bermúdez y Hernán Peraza (que por lo que vemos, para el cronista, forman un bando), y para Marín y Abreu el mando lo tiene Cabrón, al que describen como responsable de la derrota. Palencia elogia a Cabrón, por la salvación de muchos castellanos de la muerte, y acusa a los religiosos y jefes de la derrota. Incluso Palencia no cita que Cabrón fue herido de gravedad, hecho confirmado porque después de esta expedición permanece convaleciente en Cádiz.
Es por ello, por lo que creemos que Palencia (creemos que con la versión de los hechos de Cabrón) en su descripción del monte, pudiera tender a la exageración: «templo, construido a manera de un castillo con toda clase de fortificaciones», o pudiera ser que la muralla, el ara de sacrificios, la casa y la capilla, de Marín, que tienen una finalidad religiosa, fueran tan imponentes, para los castellanos, que dieran esa impresión. Lo cierto es que Marín las describe de otra manera (él no las vio), aunque sí habla de «paredon a modo de altar de grandes piedras[…] dentro todo de una gran cerca de piedras mui grandes», que pudiera hacer indicar para quien las vea que fuera una fortificación y el gran cerco, como una muralla, como de hecho la describimos también así, en la actualidad.
𝐒𝐮𝐛𝐢𝐝𝐚 𝐚 𝐜𝐚𝐛𝐚𝐥𝐥𝐨 𝐚 𝐥𝐚 𝐜𝐮𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐨𝐧𝐭𝐞
ResponderEliminarNosotros interpretamos de la lectura del texto, que se sube a la cumbre del monte, con caballos y que en la misma no hay agua y que conviene bajar para no quedar allí atrapados por los canarios. Y que, en la bajada de la cumbre a los barrancos, con las mulas cargadas de cebada y con los jinetes montados a caballo, es cuando se produce el ataque, incluso se expresa “que habían dejado en la cumbre algunos caballos”, expresando que fueron los últimos en bajar (recordemos que había 12 jinetes, que eran los jefes).
Si nos atenemos a la descripción de Palencia, la misma nos descarta como monte sagrado a La Fortaleza de Santa Lucia, así como a Ansite (Fortaleza de Amurga), ambas imposibles de subir a caballo y muy lejanas al mar para desarrollarse una batalla como la descrita y con menos probabilidad, si se hubiera realizado en una sola jornada por el calor de las fechas en que tuvo lugar, en pleno agosto. Tampoco tienen una «garganta» a la entrada, como se describe después, que si tenemos en los barrancos al pie de Montaña Tabaibas.
De las tres candidatos con mayores posibilidades a ser Umiaga, la única que tiene un «gran cerco de piedras», es Las Tabaibas, pues las otras dos solo tienen pequeños muros en su cima, que ni siquiera la rodean. También podemos descartar las otras dos: las Fortalezas (Sta. Lucía y Amurga), porque en realidad no son los hitos más destacados del paisaje, no se pueden subir a caballo, no tienen las estructuras destruidas, como Las Tabaibas y por ser incompatibles con el rito masivo de la rogativa de lluvias: por su lejanía con el mar y porque en su cima no se puede hacer una concentración multitudinaria para este rito. Igualmente, porque son fortalezas defensivas, incompatibles con el derecho de asilo, pues en los santuarios no se hace la guerra.
𝐨𝐬 «𝐬𝐚𝐜𝐚𝐫𝐫𝐨𝐧𝐞𝐬» 𝐨 «𝐜𝐚𝐬𝐚𝐫𝐨𝐧𝐞𝐬» 𝐝𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐢́𝐧
ResponderEliminarEn la descripción de Marín del monte de Umiaga, nos habla de «una como capilla» continuando el texto de 1687 «y otros casarones» y en el de 1694 como «sacarrones», que debe ser errata en uno de los dos casos.
De las dos posibilidades, pensamos que no puede ser «casarones», con el significado de ‘ruinas de construcciones antiguas’, pues contradice lo dicho al principio de que solo había una casa, donde creemos que se hacían las ofrendas de leche y manteca. Y no vemos los restos de estos casarones ni en Mña de Las Tabaibas, ni tampoco, en Las Fortalezas ni en los otros candidatos.
Según el DRAE de 1739, la expresión «sacarrones» se usaba para nombrar “los huesos de Mahoma como reliquias que visitaban los moros en la Meca”, de forma despectiva, por superstición de una religión opuesta. Más adelante, Marín sigue contando «hacian grandes romerias a onde havia sepulchros en riscos sagrados, a su seta [secta], como a Tirma y Almogaren» y también «Hacían a ellos grandes romerias. I era a los dos riscos de Tirma y Almogaren onde havia cepulchros...»
Por todo ello, y por el contexto de la descripción, nos quedamos con «sacarrones», que se debe referir a las momias de personajes importantes en la capilla, motivo de las peregrinaciones a estos sitios.
𝐌𝐚𝐠𝐞𝐜, 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐞𝐧𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐱𝐜𝐥𝐮𝐬𝐢𝐯𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐓𝐞𝐧𝐞𝐫𝐢𝐟𝐞
ResponderEliminarSi no estamos equivocados, las referencias a Magec, vienen de Viana (1604), Cedeño (1507-1640) y Núñez de la Peña (1676) para Tenerife y de Marín (1687) para Gran Canaria. A su vez, las palabras majo, mago, maxio (Escudero) y majo y magio (Marín de Cubas) designaban para los antiguos canarios los «encantados» o almas de los difuntos, espíritus o fantasmas de los antepasados, que pudiera tener relación con “xaxo”, Espinosa (1594), pudiendo leerse “jajo” que designaba a las momias de Tenerife. Según Marín de Cubas, los canarios «juraban por Magec que es el sol», y que «el alma tenian por inmortal hija de Magec» y que «a los fantasmas llamaban magios, hijos de Magec», relacionando el culto solar, con el juramento realizado por los ancestros y por lo que se debe referir a que el juramento debía ser Atis Mago, no pudiendo ser Atis Magro, siendo otro motivo para descartar Amagro. Amago y el juramento Atis Mago, nos viene a partir de la Crónica Madre, por la Crónica Matritense (1542), supuestamente la más antigua, y por Escudero (1639-1700), pudiendo ser en este punto independiente o no proveniente de la Crónica Madre, lo que también confirmaría, que este es el nombre correcto.
A su vez, según distintos filólogos maho/majo/mago, tuvieron mismo origen y designaban a los ‘paisanos’ en sentido de ‘del mismo país o lugar’ y relacionable lingüística y semánticamente con el etnónimo con el que se denominan a sí mismas las poblaciones amazighs. Y también es, como se llamaban a sí mismos los antiguos habitantes de Lanzarote y Fuerteventura. Para el filólogo Acosta Armas el término maxio, con las variantes majo y mago, tiene relación con la antigua religión de los bereberes, siendo su paralelo en distintas variantes dialectales: amziw, que nombraba a los genios malignos de esta religión.
Después de todo lo dicho, no tenemos medios para dilucidar si Magec, es un teónimo exclusivo de Tenerife o por lo que parece, estaba relacionado con los majos y con todas las islas en general y con los antiguos amazighs.
𝐃𝐞𝐬𝐚𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐚𝐫𝐠𝐮𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫 𝐓𝐫𝐚𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐨𝐫𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐬𝐞𝐚 𝐦𝐚́𝐬 𝐟𝐢𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐞𝐧 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐞𝐫𝐯𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐭𝐨𝐩𝐨𝐧𝐢𝐦𝐢𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐠𝐢𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐭𝐨𝐬
ResponderEliminarLo que nos dice el profesor Trapero es lo siguiente:
«… Si no dispusiéramos de más prueba documental del léxico guanche que esas escrituras, con ellas deberíamos conformarnos, pero ha quedado otra fuente mucho más completa y mucho más fidedigna, que es la oralidad, y sin embargo ha sido sistemáticamente ignorada o regularmente menospreciada en esos estudios, como si no mereciera el carácter de fuente. Y ello por dos causas principales: primera, porque los estudiosos del guanche han sido generalmente extranjeros, desconocedores del español y de la realidad canaria, y segunda porque sus estudios los han hecho «a la distancia», sobre listas y repertorios precedentes, sin molestarse en someterlos a la mínima crítica de la veracidad y sin descender a la comprobación de los «estudios de campo». Y sin embargo la oralidad estaba ahí, viva y palpitante, dispuesta para todos, hablando para quien quisiera oírla. Cierto que la oralidad sobre el guanche llegada a nosotros no puede ser tenida como «auténticamente guanche», pues los elementos de origen de aquella lengua han sido «españolizados» y desde esa perspectiva deben entenderse y tratarse. Pero no menos «españolizadas» en la escritura fueron las palabras guanches de que dieron cuenta cronistas e historiadores, y sin embargo éstas se tienen por más verdaderas y fiables que las que han pervivido en el habla. Y craso error es ese, porque más fiel es siempre a la identidad lingüística lo que se transmite de manera natural por vía oral que por la escritura, pues esta implica una doble transmutación: primero en cuanto al cambio del significante de una lengua al significante de otra lengua, y después en cuanto a la transliteración de una secuencia sonora en un segmento ortográfico.
Cierto también es que el descuido de la oralidad como fuente de estudio del léxico guanche no ha sido absoluto, pues un hombre hubo que la tomó como base de sus investigaciones, y justamente en un tiempo (último tercio del siglo XIX) y en un lugar (principalmente la parte del sureste de Tenerife) en que la tradición seguía siendo un modo de vida casi inmutable. Ese hombre fue Juan Bethencourt Alfonso (1847-1913), médico y antropólogo tinerfeño, nacido en la región de Chasna, que dejó una obra imprescindible en todo lo referido a los guanches, también a su lengua, pero que estuvo inédita hasta los últimos años del siglo XX y por tanto inhabilitada para todos hasta ahora.».
En “Estudios sobre el guanche : la lengua de los primeros habitantes de las Islas Canarias”, pp 21, 22, descargable en el siguiente enlace:
https://accedacris.ulpgc.es/bitstream/10553/11423/1/0536490_00000_0000.pdf.
De la misma manera, Ahmed Sabir nos cuenta, que quienes transmitieron las voces de los antiguos canarios que nos han llegado, debieron tener errores de escucha que produjeron distorsiones, pues no tenían un oído fino para una lengua extraña.
(...continua en el siguiente comentario...)
... continuación...
ResponderEliminarLo que nos cuentan los filólogos es que los topónimos que nos han llegado por escrito, pero no por oralidad (Umiaga o Umiaya, Amago o Amargo), a la hora de ser escuchados por personas de otra lengua, pudieron ser malinterpretados o adaptados al español (como comentamos en el artículo, según lo que escuchan: cambios de “g” por “y” o por “j”, cambio de una vocal por otra, …). A su vez, quién lo transcribió pudo equivocarse al escribirlo (por ejemplo vemos: Atirma, Tirmac, Thirma, Tirmah, Tyrma, y el que ha prevalecido: Tirma, que es la adaptación de la voz al español) y después pudieron sumarse errores de los copistas posteriores (p.e. Toriña por Tirma y el que nos interesa, un original en la Crónica Madre que derivó en: Cimarso, Cimarço, Margo, Mago, Amarço, Março, Amago) o, pudieron haber también interpolaciones, o confusión de un topónimo por otro parecido: Amagro, Magro, si fuera este el caso.
Un ejemplo bastante claro, de tiempos más recientes es el de Guguy y Güigüi, el primero, el nombre que ha pervivido en la tradición y la oralidad de los habitantes de Tasarte y Tasartico (y el que me enseñó mi abuelo, que iba a remo desde Castillo del Romeral hasta esa zona en sus labores de pesca), el segundo, fue el nombre que probablemente un militar puso en un mapa, transcrito probablemente de Guyguy, que es el que ha triunfado en la actualidad en los mapas oficiales. La Academia Canaria de la Lengua, se ha pronunciado sobre el tema y considera que “debe prevalecer la forma que durante generaciones ha conservado la población del lugar sobre otras variantes foráneas.”, pero el daño ya está hecho y lo que prevalece en la cartelería y en los mapas, es Güigüi, que se ha consolidado.
Al analizar este topónimo en su diccionario de los Guanchismos, Trapero nos dice «advertimos una vez más la compleja y siempre dudosa tarea que es trasladar a la escritura un nombre ajeno a la propia lengua en la que se escribe [...] la pregunta primera aquí, como en todos los casos semejantes, no debe ser cómo se escribe ese nombre, sino cómo lo pronuncian los habitantes de ese lugar y los más cercanos a ese territorio, y a partir de ahí podremos responder a la escritura». La primera vez que aparece por escrito, es en el mapa del ingeniero militar Antonio Riviere (1740), como Guipuy (¿errata?). Y Faneque Hernández, propone que pudiera ser Arerehuy, nombre que corresponde a esta área de la isla en la lista que hace el cronista Andrés Bernáldez de los 35 "lugares y aldeas" que tenía la isla al tiempo de iniciarse la conquista. De seguro, estos 35 nombres, deben presentar distorsiones por errores de escucha y traslación de la voz, u otro tipo de errores, que se confirman con los mismos topónimos que han llegado a la actualidad. P.e. Atairia y Taytia que hoy es Taidía y Araremigada, hoy Timagada (el comienzo por T en amazigh indica femenino o diminutivo)
Sin ser especialista en la materia, lo que afirma Trapero, creo que debe ser una norma o regla de la toponomástica, la disciplina que estudia la toponímia (los nombres de lugar) y su etimológia, es decir el origen de los topónimos, su razón de ser, su motivación. Por tanto a la hora de hacer una hipótesis etimológica, debe prevalecer, en el caso de distorsiones, la oralidad antes que lo escrito, porque el topónimo escrito en un determinado momento de la historia por una persona individual que la oyó, se presta a mayor porcentaje de subjetividad y por tanto de errores. Sin embargo el topónimo que nos llega por tradición oral, se corresponde con una generalidad de personas que lo han transmitido a lo largo de la historia (por tanto no presenta los errores de transcripción, de los copistas), es más objetivo, y tiene que estar más cercano a la voz original que nombró al lugar.
continua...
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ResponderEliminarEn nuestro caso tenemos, según nuestra hipótesis, el nombre original del santuario para los canarios, que podría haber sido Anmuggar, que se hispanizó a Amurga en la oralidad y que en determinados momentos fue escuchado y escrito como Umiaga, Omiaga, Jumiaga y Umiaya, lo que no se consolidó, pues prevaleció Amurga, más cercano al original Anmuggar. También Amargo puede ser corrupción de Anmuggar o de Amurga. Por otro lado, el posible nombre exclusivo para el monte sagrado, pudo haber sido Amago o Amajo, variantes de un mismo topónimo con las dos pronunciaciones, que evolucionó por etimología popular a Abajo y que en 1537, fue escuchado y escrito como Amoxo.
Descartamos Amagro, ya que este no puede ser el nombre del Santuario de Tirajana por las razones que detallamos en nuestro artículo. A pesar de ello, Amagro se consolidó en la investigación oficial, y después de un tiempo sin cuestionarse su veracidad, por tradición, como muchas otras “verdades” en la historiografía canaria. Podríamos decir, que por tradición “galdarista” (por querer imponer este santuario en Gáldar) pues comenzó con Álvarez Delgado (que no creía en Umiaga) seguido después por Morales Padrón, Martín de Guzman (que tampoco creía en Umiaga), Jorge Onrubia, Marco Moreno, …