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miércoles, 9 de diciembre de 2020

Amurga, el santuario perdido de Tirajana

PABLO GUEDES GONZÁLEZ

Publicamos aquí el video de la presentación que hicimos en el XXIV Coloquio de Historia Canario Americano, el 1 de diciembre de 2020 en la Casa de Colón. A continuación del video publicamos también el texto de la presentación.

El objetivo es aportar una nueva vía de investigación a la discusión científica para resolver donde se situaba y como se llamaba el monte sagrado de Tirajana.



PRESENTACIÓN EFECTUADA EL 1/12/2020 EN LA CASA DE COLÓN

 

Queremos dar las gracias a los organizadores de los Coloquios por aceptar nuestra comunicación y por dejarnos exponer en este foro nuestro trabajo.

En esta comunicación hacemos un resumen de un extenso trabajo de investigación que venimos realizando desde 2010, con el objetivo de justificar la hipótesis de que Montaña de Las Tabaibas y parte de Amurga eran la montaña sagrada y el santuario de Tirajana que nos transmitieron los cronistas.

A lo largo de esos 10 años de investigación, hemos intentado poner reparos y buscar objeciones al planteamiento, obteniendo sin embargo bastantes evidencias apoyándolo siendo la última, la que ha dado el impulso definitivo, el descubrimiento de la localización de Umiaga en Amurga por parte de Marcos Moreno y Suso Álvarez. Consideramos este descubrimiento muy importante para el avance en el conocimiento sobre la religión de los antiguos canarios.

Vemos en la foto la que podría haber sido la Tirajana de los conquistadores, Amurga y Mña. de las Tabaibas. Mucha gente relaciona automáticamente Tirajana con el interior de La Caldera, pero en los primeros tiempos esto no debió ser así, puesto que como veremos, los conquistadores llegaron por el mar y sus entradas se realizaron solo por la costa.

 

Marcos Moreno y Suso Álvarez descubren documentación en el Archivo parroquial de Tunte que sitúan el topónimo, relacionándolo con apañadas y riscos, por la zona cercana al Risco del Drago, la cota más alta de Amurga con 1131 m, donde tenemos a las llamadas modernamente Fortaleza y Almogarén de Amurga, cuyos restos arqueológicos fueron dados a conocer por la Comisión de Arqueología del Museo Canario en 1979, siendo ellos los que las bautizaron con ese nombre.

Nosotros pensamos que las citas a apañadas se deben referir a las famosas apañadas de Amurga, que ya se realizaban en 1577 culminando en la Vega de Amurga, y desarrollándose fundamentalmente en los llanos en el interior del macizo, y no en los grandes precipicios de esta zona, con riscos en forma de cuchillo donde es prácticamente imposible realizar una apañada. Por ello deducimos, por su imposibilidad, que no podían existir unas apañadas exclusivas para estos riscos, por lo que las apañadas de Umiaga debían ser las mismas que las de Amurga, con lo que ambos nombres debían nombrar lo mismo y probablemente fueran un único topónimo en la lengua de los canarios interpretado de dos maneras al pasar al castellano, prevaleciendo finalmente en la oralidad Amurga.

Vemos los topónimos Andenes y Laderas de El Sitio, que nos indican con toda seguridad que por aquí se situaba El Sitio, como se conocía La Fortaleza de Ansite a finales del XVII según Marín de Cubas. Para Maximiano Trapero el cambio se debe a una evolución de la voz por un fenómeno lingüistico llamado etimología popular que pasó de Ansite → Ansitio → El Sitio. Esta regla o principio lingüístico nos viene a decir que en la evolución en el tiempo de un extranjerismo, se tiende a cambiar la voz original por una análoga fonéticamente del español.

Los investigadores señalados entre los que están Moreno y Álvarez creen que por este área debió estar el Ansite de la conquista. Nosotros también lo pensamos y ademas que La Fortaleza de Santa Lucía era Titana, como creía Santiago Cazorla León.

 

Moreno y Álvarez establecen como hipótesis que las estructuras situadas en lo alto de La Fortaleza de Santa Lucía, estaba el templo descrito por el cronista de los Reyes Católicos, Alonso de Palencia, que atacó el corsario Hernández Cabrón en la entrada que efectuó a Tirajana en 1479. Creen también que este templo es la Tamogante en Acorán de las harimaguadas. Según Palencia en dicha entrada se llegó al monte sagrado y a la bajada del mismo tuvo lugar la que llamamos Batalla de Tirajana, donde los castellanos sufrieron una importante derrota.

Nosotros no compartimos el planteamiento de estos investigadores fundamentalmente y entre otros, por tres motivos:

-. Porque es incompatible con la descripción de la incursión de Cabrón, pues Palencia relata que subieron al monte a caballo, imposible aquí y que la batalla tiene lugar durante la bajada del mismo, continuándose la misma hasta un estrechamiento a la salida del barranco, imposible en el Bco. de Tirajana. Otros autores nos dicen que la batalla continuó hasta la orilla del mar, que nos parece demasiado alejado de este territorio. Por el mismo motivo descartamos Ansite.

-. La Tamogante en Acoran, era considerada, al igual que los santuarios de Tirma y Umiaga, refugio para personas y ganados donde no se podía hacer la guerra, lo que es incompatible con una fortaleza defensiva. Por este mismo motivo la Fortaleza de Ansite tampoco podría estar dentro del santuario, que creemos llegaba solamente hasta el Risco del Drago.

-. Si aceptamos que en esta zona se situaba la Fortaleza de Ansite y también Titana, ambas mencionadas en las distintas crónicas de la rendición de Ansite, es contradictorio que no exista en dichos relatos ninguna referencia a la montaña sagrada, por lo que deducimos que no se encontraba porestos lugares.

Moreno y Álvarez, en función de los yacimientos vinculados tradicionalmente al mundo de lo religioso situados en la parte norte de Amurga, establecen como hipótesis que se podría extender el santuario hasta el Mojón de Afón. Añaden que sería muy tentador llevar los límites hasta las torretas de El Coronadero, donde Rodríguez Fleitas, Onrubia Pintado y colaboradores, destacan la posibilidad de un santuario en este yacimiento por indicarlo así un pleito de principios del XVI, por los límites del Señorío Episcopal de Agüimes en el que se señalan mojones de piedra como delimitadores de unas santidad de los canarios donde acogerse a asilo.

En esta disputa, entre la Iglesia y el Consejo de la Isla, se citan unos mojones con los cuales, argumentaba la Iglesia, Agüimes se deslindaba de las otras comarcas. Por contra el Consejo consideraba que la Iglesia pretendía aumentar considerablemente su territorio hasta alcanzar unas cuatro leguas, unos veintidós kilómetros alrededor de Agüimes. Y en el margen izquierdo del Barranco Hondo, donde tenemos una serie de mojones por trechos, tenemos once km desde Agüimes, por lo que pensamos que son exactamente los mojones del pleito.

La foto se corresponde con los mojones en el Puntón de El Coronadero, con 37 torretas a 800 m de Montaña de Las Tabaibas. Es el alineamiento en el solsticio de invierno que dimos a conocer en 2018, con lo que demostrábamos que eran obra de los antiguos canarios y donde tenemos además otro alineamiento con Fuerteventura.

Fleitas, Onrubia y otros nos dicen que habría que intentar identificar espacios caracterizados por «majanos» o «torretas» incluyendo «rediles» para el ganado, como se indica en el pleito, que nos discriminarían espacios de refugio y santidades y esto es lo que hemos hecho nosotros ampliando el santuario a todas las torretas que parecen delimitar una parte de Amurga, para nosotros el santuario de Tirajana que estamos buscando, y teniendo un redil o cerco de piedras para el ganado, en La Montaña

Basándonos en la Carta Arqueológica municipal de San Bartolomé de Tirajana, elaborada por Julio Cuenca y otros, tenemos una serie de mojones que parece que bordean una parte de Amurga. Se extienden unos 11 km, confinando con el mar exactamente como son descritos los santuarios en los textos que proceden de la llamada Crónica Madre de la conquista.

En la carta, realizada en los años 90, observamos errores y pensamos que es probable que algunos de los mojones sean modernos, incluso se indica que existen antiguos que fueron reparados modernamente. Basándonos en el análisis del territorio deducimos que faltarían como mínimo en tres áreas: Risco del Drago, Alto de La Garita y El Morrete, que hemos añadido.

Vemos también en el mapa, La Montaña, a 800 m de El Coronadero y Las Salinas y Pozo del Lentisco, al pie de La Montaña. Pozo del Lentisco creemos que fue el poblado que atacó Hernandez Cabrón, un punto estratégico muy importante durante todo el XVI, pues allí estaba la primera bahía de Las Calmas de Maspalomas, posiblemente el nombre canario de este poblado, lugar de refugio de navíos contra vientos fuertes y constantes durante el verano, a solo unos cientos de metros más al norte. También lugar de aguada como nos indica el pozo y de aprovisionamiento de la madera del pinar de Amurga e importante centro ganadero, donde hasta mediados del s. XX, culminaban las apañadas de este territorio. Contaba también con una gran charca donde por épocas se formaba sal de forma natural, con un árbol emblemático, que estuvo en pie al menos durante dos siglos, con un mojón de piedras destacado en los documentos del Motín de Agüimes y con una cueva con un nombre enigmático, Cueva de la Cruzuela.

Un hecho que creemos que no es casual es que el corral de las apañadas, que estuvo en pie hasta 1987, presentaba la misma extraña forma, como de gota de agua, igual que el cerco de piedras de La Montaña que vamos a ver.

En la siguiente documentación histórica podemos demostrar que Agüimes llegaba hasta esta comarca. El documento nos proporciona además otras dos evidencias muy importantes: El topónimo Amojo, que por etimología popular, al igual que sucedió con Ansite, ha evolucionado a Abajo, el nombre actual de las salinas, por lo que en origen podría haber sido Amajo, relacionándose con los majos, magios o magos, las almas de los ancestros. La otra evidencia es que se nombra como un poblado en fecha tan temprana al Pozo del Lentisco y pensamos que este poblado fuera el Maspalomas de los canarios.

En el otro documento, se describe que la batalla de Tirajana tuvo lugar en Agüimes, por lo que descartaría la Caldera y suma otra evidencia a nuestra hipótesis.

Marín de Cubas, Escudero y Torriani nos informan de una de las primeras entradas a Tirajana, que como habíamos dicho en los primeros tiempos de la conquista se correspondía con la zona de costa, siendo muy improbable que Hernández Cabrón pudiera llegar a La Caldera.

Diego de Herrera viene de Tenerife, pasa la punta sur de la isla y fondea en Maspalomas, junto a los Llanos de Sardina pensando en llegar a Gando. Creemos que debido a los temporales de viento muy habituales en la zona debe detenerse varios días en Pozo del Lentisco, el probable Maspalomas, a la espera de mejores condiciones para proseguir.

Vemos que Marín comete un error de expresión y omite una palabra en el texto que el transcriptor Miguel Santiago, interpreta como posibilidad que fuera la Montaña de Tirajana, que perfectamente puede referirse a nuestra montaña, por ser la misma el monte más destacado y la mejor atalaya de vigilancia de toda la zona, aunque el seguimiento se podría hacer desde cualquier lugar alto de Amurga. Entendemos que si se nombra Maspalomas, los Llanos de Sardina y Degollada de Sardina, la incursión debe ser por la costa siendo lo más sencillo, que se detuvieran en Pozo del Lentisco, o un poco más al norte en Juncalillo del Sur (Llanos de Sardina). La Degollada de Sardina, pudiera ser la conocida hoy día como Degollada de Majadaciega, junto a la población de Sardina, en hipótesis el primer gran desnivel (el lugar más apto para la emboscada) y la única degollada que se encontrarían los conquistadores en su camino por el Llano desde la zona de fondeo directamente a Agüimes.

Vamos con las descripciones que sobre los montes sagrados realizan las fuentes etnohistóricas relacionándolas con los restos arqueológicos que existen en el territorio. La principal evidencia que caracteriza a La Montaña es el cerco o muralla de piedras que la rodea, de 175 x 100 m, con 1 m de altura, con forma de gota de agua y transitable en su parte superior con un gran espacio donde poder realizar los ritos, entre ellos en su caso, la rogativa de lluvias que debía ser multitudinaria, pues se desplazaba en peregrinación toda la comunidad. También que es el monte más destacado, visible desde toda la comarca. Palencia nos señala que se podía subir a caballo, imposible en Ansite y La Fortaleza, donde tampoco hay espacio para una gran concentración de personas.

A fines del XIX nos explicaba Verneau que los templos donde los insulares practicaban sus ceremonias se reducían a poca cosa, y que también se usaban para sus fiestas. Para este autor estos espacios religiosos no presentaban ninguna particularidad que los distinguiera o que señalaran que eran lugares de culto, constituyéndose en general por una explanada rodeada de una pequeña pared de piedra seca que podía presentar distintas formas, como los que había observado en distintas islas. Ejemplos de ellos son los efequenes en Fuerteventura, el tagoror del Julan en El Hierro y las montañas de Hogarzales, Tauro y La Santidad en Gran Canaria.

 

Destacan distintos autores que en la cima había una construcción, para Palencia un templo fortificado y para Marín de Cubas y Escudero una simple casa. Según Palencia la construcción fue destruida. En la foto vemos restos de estructuras que se encuentran alrededor de una cueva, que pueden ser compatibles con lo descrito.

 

Nos cuenta Marín que el monte estaba enlosado, compatible con el muro transitable, y que había una capilla y sancarrones, expresión que se utilizaba por aquellos tiempos para nombrar de forma despectiva a los huesos de Mahoma como reliquias que visitaban los moros en la Meca, por lo que entendemos que para Marín se expresa con este término los restos o momias de personajes principales o santones, venerados en la capilla. Ese era el motivo, entre otros, según nos cuenta Marín de la peregrinación de los canarios a estas montañas. Pensamos que esta cueva pudiera ser la capilla que podría estar dentro de la estructura que calificaron como una casa destruida por Palencia, por ser las cuevas por sus creencias, el lugar donde habitualmente depositaban las momias. Jiménez Sánchez, visita la cueva en 1952, lo que se corresponde con la foto y el croquis, encontrando diverso material lítico, 10 hachones de iluminación y una bandeja de madera.

 

También Marín relata que habían tres braseros para realizar los fuegos de sacrificio y sus agüeros, situados en un paredón a modo de altar y en otra parte nos habla de tres anafes, que son pequeños hornillos, por lo que interpretamos que había tres zonas de combustión en una gran estructura, similar al pireo del Garajonay que vemos en la foto. En la montaña tenemos una estructura circular rellenada de piedras de toba volcánica, de 4 m de diametro casi en su totalidad derrumbada, por lo que solo vemos por tramos las dos o tres primeras filas de piedra alcanzando 70 cm de altura.

 
El rito principal de los canarios, que se sepa, era la rogativa de lluvias que nos describe aquí Abreu Galindo, donde toda la comunidad se dirigía en peregrinación a la sima de la montaña para girar y danzar alrededor de un peñasco, que como expresa en otras partes de su obra se puede referir a un mojón de piedras. Desde allí iban en procesión hasta el mar perfectamente compatible en La Montaña, pero mucho más complicado en Ansite y La Fortaleza por la distancia, donde el espacio también es muy limitado para tal concentración de personas. En la foto vemos uno de los dos mojones de piedra semiderruidos que encontramos dentro del cerco de piedras de La Montaña.
 

La práctica totalidad de las fuentes etnohistóricas nos identifican dos y unicamente dos montañas sagradas para los canarios a las que hacían peregrinaciones multitudinarias, que describen como «montes», «montañas», «riscos» o «santidades» aunque la religiosidad impregnaba todas las facetas de la vida de los canarios y tenían otros recintos religiosos y otras montañas sagrada.

La existencia de esos dos santuarios principales, se confirma además por fuentes independientes, que no se conocían entre sí: la crónica de Palencia, nombrando a Tirma y Tirajana y los textos que derivan de la llamada Crónica Madre, sin citar ubicación. Por su parte, Abreu Galindo y Marín de Cubas, conociendo muy probablemente la Crónica Madre o textos que derivaron de ella, nos hablan también de únicamente dos santuarios, nombrando también a Tirma, siendo el otro para ellos, Umiaga en Tirajana. Escudero en la misma línea, nombra a Umiaga y siguiendo a la Crónica Madre nos habla de Amago.

Una prueba más que podría apoyar este hecho es la carta de Cresques, realizada por cartografos mallorquines y que muy probablemente recopila los datos de las expediciones de evangelización realizadas en la isla por franciscanos y dominicos mallorquines que tienen lugar en la segunda mitad del s. XIV. Aquí vemos señaladas claramente dos montañas que pueden ser las que buscamos.

Vemos representados perfectamente en el mapa: La Isleta, la punta más al noreste, la península de Gando y la Bahía de Arinaga, y junto a ellas cuatro puntos rojos, que representan los dos pequeños roques y arrecifes circundantes que se encuentran en su inmediaciones: Roque y Baja de Gando y Roque de Arinaga y vemos una entrada que pudiera representar la Bahía de El Pajar en Arguineguín.

 

La importancia de estas dos montañas se describen en los textos que parecen derivar de una crónica madre supuestamente escrita en el entorno del alférez mayor de la conquista, Alonso Jáimez de Sotomayor, a principios del s. XVI. En estos e indica que los canarios tenían por santuarios «dos riscos», y entendemos que por riscos se refieren a macizos montañosos, rodeados de un territorio de dos leguas (unos 11 km) que «confinan con el mar», como tenemos en Amurga. Hacían sus juramentos por estos riscos y allí existía el derecho de asilo, expresado también en el pleito de Agüimes.

Tirma era unánimemente uno de estos riscos y tenemos hasta nueve nombres diferentes del monte y su juramento para el otro de los que creemos que ha prevalecido Amagro, por existir un monte con ese nombre junto a Gáldar. Pensamos que todos estos nombres deben provenir de un original que por errores de transcripción derivó en tantos y que Amagro es una interpolación. Ya de hecho Cioranescu, pensaba que Amagro era error de lectura por Umiaga, mientras que Wölfel proponía que Umiaga y Amagro eran el mismo santuario.

Con el descubrimiento de la localización de Umiaga, también se confirma la existencia del santuario de Tirajana, por lo que si aceptamos la dualidad de los santuarios tenemos que descartar Amagro. En este monte tampoco existen restos arqueológicos destacables y sería incompatible con el derecho de asilo porque dentro de sus 11 km a la redonda, estaría Gáldar, la principal población, donde no podía existir ese derecho.

Comparando las denominaciones, podemos detectar fácilmente en rojo los errores y vemos en el original del manuscrito de la Ovetense, la considerada crónica más antigua y más fiel a la crónica primitiva que Cimarso y Magro podrían leerse perfectamente como Amargo y Margo. En conclusión deducimos dos nombres: Amargo y Amago el nombre en la Matricense, que rivaliza en antigüedad con la Ovetense y en Escudero.

 

Además de Amago y Amargo, Abreu Galindo nos habla de Umiaya y Marín de Cubas siguiendo las mismas fuentes que Abreu, pero aportando mayor detalle y datos inéditos, nombra al monte como Almogarén de Jumiaga y en dos partes de su obra lo llama unicamente como Almogarén, confirmando este dato también Escudero.

Tenemos en color rojo los topónimos que nos han llegado por tradición oral. Amargar, está junto al Mojón de Afón, en el centro de Amurga, mientras Amurgar es una montaña que se encuentra en el La Aldea, que muy probablemente esté relacionada con estas voces.

Siguiendo a M. Trapero, los topónimos que nos llegan por la oralidad son más fiables, que los que nos llegan por la escritura, puesto que estos tienen mayor probabilidad de errores durante el proceso de transmisión, como hemos visto.

Nuestra hipótesis creemos que sea la de la explicación más simple y es la de que todos estos nombres fueran en origen un mismo topónimo, que llegó de África con los primeros pobladores, que por errores llevó a tantos nombres parecidos. Ese nombre original creemos que pudiera haber sido una voz muy usada hoy día en el norte de África, que también podemos relacionar con todas estas semánticamente: Almúggar, cobrando suma importancia para la hipótesis el que la voz tenga mayor analogía con los topónimos que han prevalecido en la oralidad como expresaba Trapero.

La voz Almúggar siendo su plural Ilmuggaren se utiliza para designar las peregrinaciones muy habituales en Marruecos a las tumbas de los hombres santos, que se asemeja mucho a las funciones que tenían los dos montes sagrados para los canarios.

Estas voces en la lengua amazigh ya fueron vinculadas con almogarén por parte de Wölfel, siendo el filólogo Ahmed Sabir el primero que las relacionó con Amurga, sugiriendo una investigación arqueológica buscando vestigios relacionados con lo sagrado en Amurga y en Amurgar. Nosotros sin conocer su obra también relacionamos Amurga con Almúggar en 2010 y siguiendo el mismo planteamiento Abraham Loutf y Maximiano Trapero. Por otra parte Moreno y Álvarez se plantearon en un principio que Amurga era una derivación de Umiaya, aunque lo descartaron por el hecho de que ambos topónimos coexistieron en el tiempo.

 

Por otro lado otra evidencia es que tenemos el topónimo Amajo al pie de La Montaña, que evolucionó por etimología popular a Abajo y que podemos relacionar lingüisticamente con Amago.

Nos cuentan Marín de Cubas y Escudero que los majos o magos, hijos de Magec, eran para los canarios las almas de los ancestros, espíritus o fantasmas de los antepasados que se aparecían en forma de nublados, siendo majo también el etnónimo de los antiguos habitantes de Lanzarote y Fuerteventura.

El profesor Jose Barrios nos señala ámáhág, como la forma más cercana al majo de los canarios, voz que podemos relacionarla en mayor medida con Amajo tanto fonética como semánticamente. La palabra procede de la variante dialectal de los touaregs del Ahaggar que era el autónimo o etnónimo con el que se denominan a sí mismos los pueblos bereberes siendo la forma primitiva de este término ámahzíg. 

 

 
Reforzando todo el planteamiento, Marín de Cubas nos cita a los «encantados» o majos apareciendo en el sureste de Gran Canaria, refiriéndose de forma altamente probable a la comarca que estamos analizando. Cita también una isla oculta en el mar, que creemos se debe referir a Fuerteventura, visible desde la comarca en contadas ocasiones al año y de la que tenemos un alineamiento señalando su ubicación en los mojones de El Coronadero.

Todo ello se relaciona también con una leyenda antigua que todavía pervive en Castillo del Romeral y Juan Grande, las poblaciones más cercanas, conservada por tradición oral, y que se desarrollaba en un lugar junto a las salinas, llamado en la actualidad Juncalillo del Sur, hoy día una arboleda junto al mar, pero antiguamente un humedal, y se refiere a la llamada Luz de Juncalillo, identificada con las almas en pena, que expiando sus pecados vagan por la noche en esta comarca.

 

 Vemos aquí un nublado muy habitual en las cercanías de La Montaña, con el viento alisio, por situarse esta zona en la confluencia de vientos y calmas. La nube toma extrañas formas con las rachas de viento, lo cual es muy aproximado a las descripciones de Marín.

Con el trabajo esperamos aportar una nueva vía de investigación a la discusión científica para resolver donde se situaba y como se llamaba el monte sagrado de Tirajana. Esperamos que al menos sea considerada como alternativa a las otras hipótesis existentes y que sirva para impulsar un trabajo arqueológico que finalmente la verifique. Con ello esperamos que todavía podamos salvar los vestigios que aún quedan en La Montaña, en grave peligro de desaparición por la construcción de antenas de telecomunicación en su sima.


Por último quiero hacer una dedicación especial de este trabajo a mi mujer Noelia, que está aquí presente y a mi hija Yasmina y darles las gracias, por su paciencia y comprensión y por el tiempo de familia que les he robado durante estos 10 años.

Y a todos, muchas gracias por la asistencia.

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